1. Sientes la necesidad de recargar las pilas
Mientras que a algunas personas les sale un sarpullido cuando piensan en pasar el fin de semana solas, a ti te hace ilusión.
Netflix y chill acompañado de algunos aperitivos, un baño de burbujas caliente y una copa de vino suena perfecto. ¿Quién no querría eso?
A veces, las situaciones de la vida y las personas que nos rodean agotan toda nuestra fuerza emocional y sólo necesitamos un tiempo para desconectar, no hablar con nadie y disfrutar de nuestra paz y tranquilidad.
2. Quedarse en casa suena mucho mejor que salir
No es que no te guste salir y estar con tus seres queridos, pero de vez en cuando te parece un rollo y preferirías no hacerlo.
No quieres forzarte a hacer algo para lo que no te sientes capaz. Es mejor para ti y para todos los que te rodean que te quedes en casa. Una noche de pereza es justo lo que ha recetado el médico.
3. Estar en una multitud no es tan atractivo
Salir de fiesta un sábado por la noche no es lo tuyo. Las multitudes, los empujones, mojarse la ropa porque alguien ha derramado algo sobre ella, escuchar los intentos de flirteo de los borrachos… nada de esto suena demasiado atractivo.
Preferirías pasar un tiempo a solas relajándote, leyendo, viendo películas, observando las estrellas o algo por el estilo y será toda la fiesta que necesitas.
4. No soportas a la gente pegajosa
No te gustan los mensajes de texto 247, no necesitas pasar cada momento de tu vida con alguien que te guste. Necesitas a alguien que esté a tu lado pero no necesitas que sea tu sombra.
En cuanto a las relaciones, crees que es muy importante dejar espacio para el otro. Al tener tus propios intereses y tiempo a solas, valoras mucho más los momentos que pasáis juntos.
5. Necesitas a alguien que comparta tu amor por el valioso tiempo a solas
Tu deseo de desconectar y recargar, aunque sea un par de horas, un día o un fin de semana, tiene que ser algo que tu pareja pueda entender.
Si le encanta pasar tiempo contigo y pasar tiempo a solas, te ha tocado el premio gordo y probablemente hayas encontrado una persona con la que pasar tu eternidad.
6. Confías en tu instinto
Y nunca te falla. Cada vez que has decidido ignorar esa vocecita de tu interior, has acabado pagando un alto precio por ello. Por eso ahora crees firmemente en todo lo que te dice tu instinto.
Pasar tiempo a solas te ha permitido conocerte mejor a ti mismo y a las personas que te rodean.
Cuando estás constantemente al lado de alguien, no puedes verle con claridad. Por eso la distancia te proporciona una visión valiosa.
7. Estar soltero no es el fin del mundo para ti
Cuando estás soltero, lo estás petando. Te da la oportunidad de reinventarte. Te permite dedicar todo tu tiempo a ti mismo y sacar lo mejor de él.
Sabes lo que te mereces y no te conformas con menos. ¿Por qué lo harías, si valoras tu tiempo a solas y la paz que has creado para ti?
Quieres a alguien que aumente tu felicidad, no a alguien que te haga la vida más difícil.
8. No te da miedo estar sola, te da miedo estar con alguien y sentirte sola
Seguramente has tenido una o varias relaciones que te han hecho sentir más solo que cuando estás solo.
Verás, cuando estás con alguien, esperas que alguien esté ahí para apoyarte. El momento en que descubres que eres, de nuevo, tu propia roca es doloroso.
Por eso estás dispuesta a esperar a alguien que respete tu tiempo de soledad, pero que se asegure de que nunca te sientas sola y que esté a una llamada de distancia.
9. Hacer cosas a solas es un premio, no un castigo
Ir de viaje por carretera, viajar, comer en un restaurante, disfrutar de un día de playa o de un viaje de esquí son sólo una parte de todas las cosas que algunas personas se niegan a hacer solas.
Pero a ti no te importa. Lo prefieres así. A veces es mejor alejarse en tu mundo de imaginación, leer algunos buenos artículos y disfrutar del tiempo de calidad que tienes contigo mismo.
10. Captas realmente el sentido de la vida
Disfrutas de las pequeñas cosas. Pasas un día en la naturaleza cuando hace sol fuera. También te gusta la lluvia. Mojarte un poco no te estropea el día.
Pero acurrucarte en tu cama y escuchar las gotas de lluvia en tu ventana es algo que el dinero no puede comprar.
Encuentras la magia en todas las cosas ordinarias y cotidianas que otras personas suelen pasar por alto tan fácilmente.
Lucía, nuestra redactora eventual apasionada por la auto expresión. Le gusta escribir sobre todo sobre el amor, la vida y las relaciones en general.