A veces te sientes deprimido y no sabes por qué. Tal vez tienes todo lo que siempre has querido, todo lo que podrías pedir, y no es suficiente. Te sientes vacío por dentro. Desplomado. Olvidado. Te sientes estancado y hastiado. ¿Por qué?
La depresión puede aparecer cuando menos lo esperamos y hacer mella en nuestras vidas. Puede tener su origen en algo importante o en nada. Y puede infectar todos los orificios de nuestro ser: física, mental y emocionalmente. Es un invitado no deseado que nos acompaña constantemente, y podemos dejarnos consumir rápida y fácilmente por sus mentiras, por muy evidentes que sean los hechos.
Entonces, ¿qué podemos hacer para sacudirnos estos sentimientos oscuros y volver a sentirnos «normales»? Muchos investigadores creen que practicar la atención plena y las estrategias asociadas es la clave para tratar la depresión junto con muchas otras dolencias mentales y emocionales. Al practicar la atención plena, la persona se centra en el presente en lugar de dejar que sus pensamientos vaguen hacia el pasado o el futuro. Al hacerlo, reconoce y acepta su estado físico y mental en ese mismo momento.
La atención plena se utiliza para atraer nuestros pensamientos hacia el interior, haciéndonos más conscientes de nosotros mismos y, por lo tanto, proporcionándonos una nueva sabiduría sobre nosotros mismos que, con el tiempo, nos llevará a lo que se describe en el budismo como «iluminación» o «liberación del sufrimiento». Se ha utilizado para tratar la depresión, la ansiedad, el estrés, la ira y la adicción, y ha ayudado a muchos a liberarse de forma natural de las ataduras de traumas pasados.
La Terapia de Aceptación y Compromiso (abreviada ACT) es un enfoque terapéutico que integra la atención plena, para que podamos aceptar la parte de nosotros mismos que no nos gusta. Al reconocer la presencia de esta parte de nosotros mismos, denominada «yo como contexto» -parte que observa pero que no está necesariamente conectada con quien nos vemos a nosotros mismos-, podemos volver a comprometernos con nuestra moral y nuestros valores, para acabar eliminando esta parte por completo. La ACT asume que los pensamientos asociados a una mente humana normal pueden ser destructivos. En lugar de permitir que estos pensamientos dominen y destruyan lo que somos, provocando así la negatividad que queremos eliminar, debemos utilizar la atención plena para permanecer presentes, aceptar nuestras reacciones actuales por lo que son, elegir una dirección valorada y actuar según esta elección valorada.
La depresión a menudo tiene su origen en revolcarse en arrepentimientos del pasado o en patrones que ya no nos sirven. También puede producirse al sentirnos abrumados por… o al no creer que podamos tener éxito en el futuro. También puede ser inducido por un trauma y nuestra incapacidad para liberarnos. Así que lo primero es lo primero. Tenemos que reenfocar nuestros pensamientos, devolviéndolos al presente.
He aquí algunas técnicas que pueden parecer una tontería, pero muchos practicantes de mindfulness juran por ellas. Han demostrado su eficacia con quienes sufren depresión.
1. Mira fijamente un objeto sencillo, pero intrincado, de tu elección, y analízalo durante cinco minutos. Puede ser una naranja, una hoja, un mandala, una bandeja de esmalte de uñas, una prenda de vestir… cualquier cosa, siempre que sea algo fácil de conseguir y que te lleve cinco minutos analizar. Esta estrategia ayuda a devolver nuestros pensamientos al presente, la piedra angular de la teoría de la atención plena.
2. Siéntate y empieza a comer una comida completa. Analiza todo lo relacionado con este momento presente. Piensa en lo que estás comiendo: qué aspecto tiene, qué sabor tiene, cómo está colocado en el plato. Piensa en cómo lo estás comiendo: qué eliges comer y cuándo y por qué. ¿Lo coges con los dedos o utilizas un utensilio? Si utilizas un utensilio, ¿cuál es? ¿Tienes que cortarlo?
3. Dedica unos minutos de silencio ininterrumpido a observar tus pensamientos. Medita y céntrate en lo que piensas y en cómo te sientes. Observa cualquier dolor corporal. Concéntrate en tu respiración, inhalando profundamente, reteniendo un momento y soltando. ¿Qué está ocurriendo ahora mismo, en este preciso instante?
Una vez que nos centramos sólo en el presente, podemos empezar a comprender las causas fundamentales de nuestros sentimientos negativos, así como lo que está ocurriendo ahora mismo, en lugar de lo que hicimos o soportamos en el pasado, o de enredarnos en lo que nos deparará el futuro. ¿Por qué nos sentimos deprimidos? ¿Hay una causa física, mental, emocional o circunstancial? ¿Existe una separación notable entre este estado depresivo y el resto de lo que somos, y si es así, qué debe ocurrir para librarnos de esta pieza aislada y avanzar felizmente?
La depresión es un lastre. Recuerda la ley de la atracción, intenta mantenerte positivo y, la próxima vez que te sientas deprimido, prueba con el mindfulness.
Todos los días me enfrento a aquello que llaman «amor». Mi nombre es Vanesa y conectaré contigo a través de todos mis textos.