Es difícil sincronizar tu corazón y tu cabeza. Tu corazón bueno y blando está dispuesto a ayudar a cualquiera. Tu corazón blando dejará que cualquiera se aproveche de él. Pero tu mente juega un juego completamente diferente.
Tu corazón quiere dejar que la gente conozca cómo eres en realidad, pero tu mente testaruda construyó este exterior duro como protección para no salir herido.
Tu mente te frena. Te hace pensar en las cosas. Es muy terca. Tu mente está impidiendo a tu corazón; está impidiendo que hagas lo que realmente quieres. Te impide mostrar tu verdadero yo, no el racional.
Tu mente testaruda está haciendo que parezca que no te interesa nadie, cuando en realidad sólo has construido un enorme muro a tu alrededor para proteger tu pequeño y blando corazón. Los chicos no se acercan a ti porque tienen miedo de ese exterior frío y duro que tienes.
Ni siquiera son conscientes de que si rascan un poco bajo esa superficie helada, encontrarán un volcán a punto de entrar en erupción.
Cuando tu mente tiene el control, eres una chica asertiva e independiente que sabe lo que quiere. Eres audaz y no tienes miedo de decir lo que piensas. Pero una vez que tu corazón blando se impone y toma el timón, te conviertes en la criatura más suave y hermosa, llena de amor, dispuesta a entregarse a quien lo merezca.
Cuando te enamoras, amas con cada centímetro de tu cuerpo. Tu amor es incondicional. Tu amor es eterno. Es difícil conseguir que te abras y confíes completamente en alguien. Es difícil que te dejes llevar y apagues tu parte racional y te limites a amar. Pero, una vez que lo haces, es para siempre.
Tu mayor problema es que tu mente obstinada se interpone en tu camino hacia la felicidad. No te permite amar a alguien como quieres. No permite que tu corazón blando salga y se haga cargo.
Tu mente te hace preocuparte todo el tiempo. Te hace sobreanalizar las cosas. Te hace crear un problema donde no lo hay. Cálmate un poco y deja que tu corazón tenga una oportunidad.
Deja que tu corazón decida, para variar. No pasará nada horrible, te lo prometo.
Lo mejor que puedes hacer es encontrar algún tipo de equilibrio entre tu corazón y tu mente. No puedes dejar de pensar por completo, sólo debes bajar un poco la intensidad. No seas tan obstinado. No mires todo desde un punto de vista estrictamente racional.
Hagas lo que hagas, la vida seguirá su propio curso. ¿Pero no crees que sería mejor navegar por la vida con un corazón lleno de amor, en lugar de con una mente obstinada?
Todos los días me enfrento a aquello que llaman «amor». Mi nombre es Vanesa y conectaré contigo a través de todos mis textos.