La gente siempre habla de la perfección como si fuera algo que todos deberíamos ser. Pero si te fijas bien, nada ni nadie en esta vida es realmente perfecto. Todos somos defectuosos y sólo somos humanos. La perfección es un rasgo para criaturas más divinas.
Sin embargo, todos nos esforzamos por alcanzarla. Y es precisamente esa obsesión que tenemos por la perfección lo que hace que el amor sea algo difícil de encontrar. Es como si todo el mundo llevara esas listas de control y si no se marcan todas las casillas, fracasamos en el amor.
Esforzarse por alcanzar la perfección puede que no sea tan malo. Todos deberíamos intentar ser una versión mejor de nosotros mismos. Ser mejores de lo que éramos ayer. Competir con nosotros mismos y presionarnos para alcanzar lo que consideramos que es la grandeza. Sea lo que sea, nunca debería medirse por los estándares de perfección de otra persona, sino por los nuestros.
Esa búsqueda de la perfección puede ser realmente perjudicial para nuestra autoestima, para nuestra vida amorosa y para nuestras expectativas. Por eso deberíamos empezar a ser realistas.
Creo que la perfección está en intentarlo, en dar lo mejor de ti. Creo que la perfección es un corazón amable y una mente abierta. Creo que todos somos perfectos en nuestras imperfecciones. Creo que todos tenemos a alguien ahí fuera que nos querrá porque, aunque no seamos perfectos, definitivamente valemos la pena.
Por eso debemos dar más importancia a la valía que a la perfección. Estas son las cosas que creo que me hacen merecer el amor.
Tener defectos es una cosa, pero reconocerlos y ser capaz de admitir que necesito hacer algunos cambios es mucho más difícil.Me llevó un tiempo llegar a ese estado. Nadie quiere ver sus defectos y mucho menos trabajar en ellos. Tengo suerte porque soy dueña de mis defectos y siempre intento ser mejor que ellos. Supongo que algunos de ellos se quedarán conmigo de por vida. Por eso sólo quiero a alguien que sea capaz de lidiar con mis defectos como yo lidiaré con los suyos.
La vida no siempre me ha tratado con justicia. Me ha golpeado de más formas de las que son humanamente soportables. Pero he conseguido volver a levantarme. Conseguí sacar fuerzas de algún lugar profundo de mí misma, aunque no sabía que me quedaba ninguna. Conseguí persistir a pesar de mi corazón herido y mi alma rota, y soy mejor persona gracias a ello.
Soy el tipo de persona que disfruta de la vida. De las que se asombran con todo lo que la rodea. Estoy agradecida por mi familia, por el sol de la mañana y las luces nocturnas que iluminan la ciudad. Estoy agradecida por este cerebro mío tan creativo que trabaja sin parar. Estoy agradecida por todo el dolor que me ha convertido en quien soy hoy. Estoy agradecida por este mundo y por esta vida.
Sonrío sinceramente. Lloro cuando estoy sola. Digo lo que pienso. Me siento cómodo en mi propia piel. Tengo un buen sentido del humor. Escucho con atención. Nunca pretendo ser algo que no soy. No fuerzo las relaciones de ningún tipo. Todo lo que hago sale del corazón.
Odio la falsa cortesía, así que cuando digo algo amable y educado siempre sale de mi corazón. Si no tengo nada bonito que decir, prefiero no decir nada. Creo que la amabilidad es el mayor regalo que puedo hacer a alguien. Ayudo a los que necesitan mi ayuda, especialmente a mis amigos.
A veces mi boca es más rápida que mi cerebro, por lo que puedo decir algunas cosas que sería mejor no decir. Hago daño a la gente sin querer. Puedo herir los sentimientos de la gente o herir su ego, pero siempre me disculparé. Diré que lo siento y lo diré en serio. No tengo miedo de admitir cuando me equivoco y siempre me sentiré mal por ello. Intentaré enmendar la situación y haré todo lo posible por aprender de la experiencia para que no vuelva a ocurrir lo mismo.
Soy un poco testarudo, pero eso puede ser útil a veces. Fracasaré las veces que haga falta hasta que consiga hacer algo bien. Mi terquedad me hace persistir. No soy perfecto. No lo soy todo en mi propia lista de comprobación y mucho menos en la de otros, pero lo que se da vale lo que se toma. Soy un trabajo en progreso y espero que alguien valore eso en mí.
No soy la chica de la pasarela o de la portada de la revista con la que todos quieren estar. Estoy entre bastidores creando maravillas. No encajo en las normas sociales de cosas como las tallas y la belleza, pero he aprendido a quererme por mí. Soy una mujer que se siente cómoda en su propia piel.
Me parece bien ser sólo yo en las cuatro paredes de mi casa. Me gusta pasar tiempo conmigo misma y encontrar nuevas formas de hacerme feliz. No necesito que un hombre sea mi otra mitad. Necesito un socio en el crimen. Alguien con quien pueda reírme, ser rara y que se sienta cómodo con que nos burlemos el uno del otro. Necesito un compañero de vida. Alguien en quien pueda apoyarme cuando esté demasiado cansada de la vida. Alguien cuyo abrazo sea más poderoso que cualquier cosa en este mundo. Alguien que me escuche. Alguien con quien compartir los momentos felices. Alguien que sea digno en todas sus imperfecciones al igual que yo en las mías.
Todos los días me enfrento a aquello que llaman «amor». Mi nombre es Vanesa y conectaré contigo a través de todos mis textos.