Cuando nos hieren emocionalmente y cuando nos ocurre algo malo que nos deja heridas en el corazón, todos tenemos el objetivo final de curar esas cicatrices.El objetivo final es arreglar cada pieza rota de nosotros mismos y volver a estar completos.
Queremos recuperarnos de todo lo que nos ha sucedido y encontrar la manera de volver a ser nosotros mismos. Y tú no eres diferente. Has pasado por mucho y tu alma está sangrando.
Y lo único que quieres es volver a coser tu corazón. Quieres arreglarte y curarte porque simplemente sientes que no puedes soportar más este dolor. Quieres encontrar la manera de volver a pegarte y dejar todo este dolor en el pasado, donde debe estar.
¿Pero qué pasa si eres tú quien no se permite seguir adelante? ¿Y si eres tú el que se aferra a quien o a lo que debería dejar ir? ¿Y si eres tú quien debe permitirse sanar?
Recuerda: acepta el amor que crees merecer. Eso significa que en el fondo, aunque no lo sepas, crees que te mereces el dolor por el que estás pasando ahora.
En el fondo, te culpas por haber elegido mal y por permitir que te traten como te trataron. Te culpas por no ser más inteligente, por no saber más y por no controlar tus emociones a tiempo.
En el fondo, todavía te aferras al dolor y a las personas que deberían pertenecer a tu pasado. Sigues siendo prisionero de tus recuerdos y no te das la oportunidad de seguir adelante.
Sé que tienes el deseo de hacer las cosas bien. Sé que sigues pensando en todas las formas en las que las cosas podrían haber sido diferentes y en todas las decisiones mejores que podrías haber tomado, pero eso no te llevará a ninguna parte.
Sé que quieres cerrarlo, pero ya es hora de que dejes de buscarlo. Es hora de que te desprendas de todas las cargas que llevas en el pecho. Es hora de que te permitas seguir adelante y te des permiso para sanar.
Porque eso es lo que te debes después de todo el dolor que has experimentado. Y es lo mínimo que te mereces.
No mañana, no a partir del próximo lunes, no el próximo año. Es hoy. Este preciso segundo es el momento en el que tiene que empezar tu proceso de curación.
Deja de esperar para empezar a apreciarte y quererte como te mereces. Deja de esperar para priorizar y mimarte.
Es hora de que empieces a ver toda tu valía y tu belleza interior. De entender por fin que eres más que suficiente y de cortar con todo aquel que intente decirte algo diferente.
Es hora de luchar contra tus demonios internos y las sombras del pasado. Aunque no lo veas, eres lo suficientemente fuerte para ganar esa batalla. Lo suficientemente fuerte como para ahuyentarlos definitivamente y pasar una nueva página de tu vida sin ellos.
Y la única forma de hacerlo es soltar por fin todo el equipaje emocional que has estado cargando durante años. Aceptar que algunas cosas y personas no estaban destinadas a ser y que no había nada que pudieras haber hecho al respecto.
Enorgullécete de cada una de tus cicatrices y tómalas como una lección, pero haz todo lo posible por ayudar a todas ellas. Comienza el viaje que te llevará a arreglar todas y cada una de las partes dañadas de ti mismo.
Por favor, deja de lamentar el pasado y de permitir que te persiga. Deja de guardar rencor y de permitir que el resentimiento se apodere de ti porque no te llevará a ninguna parte.
Perdona a todos los que te han hecho daño, pero no dejes que vuelvan a tu vida. Pero lo más importante es que te perdones a ti mismo por haberles dejado entrar.
Perdónate por pensar que has tardado demasiado en seguir adelante y no te compares con los demás. Recuerda que la curación sana no se produce de la noche a la mañana y que no es nada fácil.
Es un proceso que requiere un tiempo y un esfuerzo diferentes para cada persona. Y nunca es demasiado tarde para empezar.
Lo que ocurre en la cama es el fiel reflejo de nuestra vida externa a ella. La especialista Erica nos cuenta algunos trucos y consejos.