Puede parecer una zorra porque no permite que nadie la pisotee. No se queda callada y no se guarda las cosas en su interior. Si la tratan mal, si traicionan su confianza, lo va a decir a gritos.
«Si me engañas una vez, te avergüenzas, si me engañas dos veces, me avergüenzas» son las palabras que se aplican a ella. No le gustan las segundas oportunidades, y casi nunca las da. Cortará la cuerda cada vez que tenga que hacerlo.
No lo hace con facilidad. Pero la vida le ha enseñado que la confianza rota no se puede arreglar; que al dar más oportunidades a la gente, les está dando más oportunidades de hacerle daño.
Sabe que no debe conformarse. No soporta las falsas amistades, las sonrisas falsas, las relaciones forzadas y los compromisos a medias. Si alguien está en su vida, es porque se merece estar ahí, sin excepciones.
Puede parecer una zorra porque es brutalmente honesta. La mentira es un concepto desconocido para ella. No endulza nada. Te lo dice directamente. Por eso es la mejor amiga que se puede tener.
La gente la juzga a ella y a todo lo que representa. Dicen que es fría y que es una bocazas. Dicen que es diferente, que no encaja en la caja. No se doblega para complacer a nadie.
Esa gente no la conoce, porque si la conocieran, sólo la alabarían. La dureza exterior no asusta a los que saben realmente quién es ella. Saben que dentro de ella hay un gran y suave corazón que ama como nadie.
Ese corazón también se hiere con facilidad, por lo que hizo muros de titanio y no deja que los desconocidos vean quién es realmente. Necesita tiempo para conocer a la gente antes de abrirse y mostrar sus verdaderos colores suaves.
Si pasas suficiente tiempo con ella, si la respetas y la tratas bien, te dejará entrar poco a poco. Si eres alguien en quien puede confiar y alguien a quien puede amar, se entregará por completo. No hay nada que no haría por las personas que ama.
Siempre les cubre las espaldas. Está ahí cuando la necesitan, a cualquier hora del día o de la noche. Sabe que no hay nada más valioso en la vida que las personas de las que te rodeas. Por eso se asegura de que sean buenas personas.
Todas las personas tóxicas ya no forman parte de su vida. Hace tiempo que se despidió definitivamente. Y aunque se comporta como si no existieran, sigue sintiendo dolor por todo lo que le hicieron pasar. Todavía los echa de menos, aunque no se lo merezcan.
No es egoísta. Sólo se ama a sí misma, y hay una gran diferencia. Su amor propio no le impide amar a otras personas. Sólo les impide aprovecharse de ella.
Bajo esa fachada de zorra, hay un corazón blando; un corazón que sólo revela cuando se siente segura y querida; un corazón que tiene que ocultar para sobrevivir en este mundo cruel.
Mi nombre es Romina y llegué a la conclusión de que escribiendo puedo ayudar a muchas más personas. Así que aquí estoy, en onlyligue