Conoces mi nombre, pero no mi historia. Entonces, ¿por qué te apresuras a juzgar?
La persona que soy y la forma en que decido condicirme es el resultado de numerosas circunstancias y de la dura mierda por la que he pasado en la vida, lo que supongo que podría decirse de mucha gente ahí fuera.
Muchas veces he escuchado historias sobre personas de quienes no tenían la menor relación personal con ellas y todas las veces me desconcertaron.
He escuchado juicios, odios y comentarios basura sobre personas que sabía de primera mano que no eran ciertos.
Siempre me quedé callado porque me di cuenta de que estar en desacuerdo con personas obstinadas y sentenciosas era un profundo desperdicio de mi aliento.
Sé que muchos de vosotros podéis simpatizar con esto.
¿A cuántos de vosotros os han hablado y juzgado basándose en las opiniones incultas de personas malintencionadas que no tienen nada mejor que hacer en la vida que meter las narices en los asuntos de los demás?
¿Y cuántas veces te has sentido profundamente herido por esos comentarios malintencionados, sabiendo que hay gente ahí fuera que realmente se va a formar una opinión equivocada de ti basándose en eso?
Es una mierda, lo sé. Estoy harto de que la gente que sólo conoce mi nombre piense que conoce toda la historia de mi vida.
No lo hacen y por fin he encontrado la manera de hacer las paces con eso y no dejar que me moleste tanto como antes.
Lo que soy como persona no tiene nada que ver con que la gente hable mal de mí. Recuérdate siempre eso cuando la mierda empiece a afectarte. Eso ayuda.
Soy un bocazas. Cuando algo me afecta, se me va la boca en tantas direcciones que me resulta difícil detenerme.
Me apasionan mucho las personas y las cosas que me gustan y, cuando tengo algo que decir, no suelo tener pelos en la lengua.
¿Y sabes qué? Estoy jodidamente orgulloso de ello.
Puedes pensar lo que quieras al respecto, pero protejo ferozmente mi salud mental, la de mis seres más queridos y la de aquellos que considero que están siendo juzgados injustamente.
Nunca voy a pedir disculpas por ser así.
Si no puedes manejarme en mi momento más apasionado, no me mereces en mi momento más tranquilo.
No soy el tipo de chica que se va a sentar tranquilamente en el salón, esperando a que su hombre llegue a casa del trabajo para hacerle la cena y complacerle en todo lo posible.
Amo a mi hombre. Y siempre voy a estar aquí para él. Pero de vez en cuando, yo también merezco que me cuiden.
Yo también tengo días de mierda. Yo también me enfrento a cosas difíciles y también me emociono y me frustro.
Entonces, ¿es demasiado pedir que me cuiden a veces? ¿Me convierte eso en una mujer difícil de amar?
Realmente no creo que sea así.
Y quien crea que no tengo derecho a mi propia mierda y a mis propias emociones no tiene cabida en mi mente ni, sobre todo, en mi vida.
He lidiado con el dolor. He experimentado la pérdida. Me he dejado romper en muchos pedazos… pero también me he levantado cada vez.
He tenido días en los que no quería vivir. He tenido días en los que levantarme por la mañana me parecía lo más inútil que podía hacer.
Pero me levanté cada vez y aquí estoy.
Sigo vivo y sigo pateando el culo de la vida.
¡Así que no te atrevas a empezar a pensar que conoces mi historia, cuando lo único que sabes es mi nombre!
Te han hablado de mí, pero ¿qué sabes realmente? ¿Hasta qué punto me conoce realmente ese individuo?
Pregúntate eso la próxima vez que oigas una historia que parezca demasiado inverosímil para ser cierta.
Soy una mujer fuerte. Más fuerte de lo que nunca pensé que era.
Puede parecer por fuera que no me importa mucho, pero los que conocen mi historia saben que me importa más de lo que debería.
Sólo intento ocultarlo al mundo para protegerme.
¿Sabías que me han roto el corazón más veces de las que estoy dispuesta a admitir?
¿Sabías que me han engañado, mentido y manipulado los que se suponía que eran mi roca?
Seguro que no lo sabías.
Porque no tengo ningún interés en gritar mis historias personales al mundo.
Lo que es mío es mío y sólo los que están cerca de mi corazón pueden saber lo que hay en él.
Creo que mis luchas y cómo las afronto son lo que me hace ser quien soy.
Es muy fácil dejar que la mierda te afecte y te hunda. Es muy fácil dejar que la gente mala te destroce pieza a pieza.
Pero una vez que aprendes que no todo el mundo tiene el mismo corazón que tú, es más fácil ignorar esos comentarios hirientes.
Sólo tienes que aceptar que la gente siempre va a tener algo que decir. Siempre habrá quienes se crean más listos que Dios.
Pero el karma los va a atrapar… Creo firmemente en eso. Todo el mundo recibe lo que pone en el mundo.
Y precisamente por eso intento ser una buena persona. Intento ser amable, compasivo y cuidar de los que quiero.
Veo cada día como una nueva oportunidad para hacer algo que valga la pena.
Y si consigo poner una sonrisa en la cara de una persona, considero que el día ha sido un éxito.
Te sugiero lo mismo.
Sé amable, sé bueno y haz el bien a los demás. La vida es así de sencilla.
Tú conoces tu historia y no dejes que personas irrelevantes te hagan dudar de ti mismo.
Su malicia es el reflejo de su insatisfacción con su propia vida.
Cuida de ti mismo, de tu familia y de tus amigos, y ten siempre presente que las cosas más pequeñas marcan la mayor diferencia.
Esto me ayudó a superar mucho dolor y frustración y espero sinceramente que haga lo mismo contigo.
Mi vida, mi historia. Y si no te gusta, ¡mala suerte! Porque realmente ya no me importa.
María Eugenia, nuestra blogera experta en relaciones. Basándose en experiencias reales y comportamientos estudiados, aporta consejos para ayudar a los demás a aumentar el deseo en la pareja.