Amor Fati: La belleza de aceptar lo que se te da

Para todos los que no sepáis lo que es el amor fati, intentaré dar una explicación sencilla. Es simplemente aceptar todo lo que te sucede durante tu vida.

Significa que incluso cuando ocurren cosas malas, como perder a un familiar o pasar por cosas malas en tu negocio o en tu vida amorosa, lo aceptas con calma y lo abrazas todo. Significa saber que no puedes afectar a algunas cosas y que, al aceptarlas, traes la paz que necesitas a tu vida.

El amor fati fue popularizado por el filósofo alemán Friedrich Nietzsche, cuyos estudios tuvieron un enorme impacto en la filosofía occidental. Además, este término se repitió a menudo en la obra de Marco Aurelio, por lo que es conocido en todo el mundo.

Pero hoy me gustaría mostrarte lo que ocurre cuando finalmente aceptas todo lo que te ocurre. Quiero que sepas lo que ocurre cuando la fuerza que guía el universo te lleva a los lugares a los que nunca pensaste que irías.

En la mentalidad estoica, amor fati significa manejar con firmeza todas las cosas malas que te suceden y no quejarte nunca de ellas. Es como si la vida te abofeteara una y otra vez y cada vez que eso ocurre, pusieras la otra mejilla.

Eso es lo que dicen que es una fórmula para la grandeza y de esa manera, están demostrando que siempre lo ocultan a los demás.

Y aunque esta mentalidad es bastante extremista, algunas personas la siguen. No quieren que los demás sepan que les ha pasado algo malo porque no quieren entristecer a sus seres queridos. No quieren que los demás piensen que son víctimas o que sientan pena por ellos.

Hay muchos ejemplos que pueden mostrarte cómo el amor fati es similar a algunas cosas de tu vida. Por ejemplo, cuando te casas y cuando planeas tener hijos, sabes de antemano que no será fácil pero que valdrá la pena.

Lo mismo ocurre con el amor fati. Si lo aceptas como una bendición y como algo que puede ayudarte a crecer y a ser mejor persona, será mucho más fácil aceptar todas esas cosas negativas y malas que te suceden.

Y las personas que viven según estas reglas suelen decir que esta forma de vivir siempre aporta algo de emoción a su vida y que no es aburrida, pase lo que pase.

Siempre tienen algo de lo que hablar y problemas que resolver. Consideran cada cosa mala que ocurre como un mensaje o un reto. Y cada vez que la situación se complica, se pone aún mejor porque descubrirán de cuánto son capaces, al reaccionar ante una situación así.

Lo peor que puedes hacer es quejarte de tu mal destino porque así no cambiarás nada. Sólo empeorarás las cosas y, al final, acabarás frustrado y deprimido.

En cambio, deberías aceptar lo que te ocurre, pero no de forma que sea agradable que haya ocurrido. Deberías aceptarlo como algo grandioso, como la noticia más positiva que podías esperar.

Sólo entonces sentirás que estás totalmente libre de todos tus problemas. Ya no serán problemas, sólo serán mensajes que te ayudarán a ver tu futuro con claridad.

Una vez que empieces a ver tu vida como un reto que debes manejar, verás la verdadera belleza de la misma.

Por fin comprenderás que toda esa preocupación por cosas que no podías afectar era en vano y que sólo te hacías daño a ti mismo molestando a tu cabeza con ello.

Sé que suena un poco extraño aceptar cosas que no querías que sucedieran, pero nunca se sabe por qué Dios te da algo que no quieres en tu vida. Tal vez sea una lección que Él está tratando de enseñarte.

Tal vez sea una especie de prueba que tienes que pasar para ser más fuerte. Puede significar muchas cosas, así que nunca rechaces lo que llega a tu vida, por muy malo que sea. Las cosas así a menudo nos preparan para algo mejor y salimos de ese tipo de experiencias más fuertes e inteligentes.

Además, si te tomas un momento y miras hacia atrás, verás que cuando eras más joven no eras tan valiente, mientras que ahora no aguantas ninguna mierda y siempre te defiendes.

Eso ocurre gracias a todas esas cosas malas que te pasaron y te enseñaron a manejar los problemas tal y como aparecieron. Si no fuera por ellas, no sabrías cómo defenderte en las malas situaciones. No te sentirías bien porque no podrías hacer nada bueno por ti mismo y empezarías a estar deprimido.

Y te darás cuenta de que el amor fati es algo real para ti, porque así estás aceptando cosas que no puedes cambiar. Es algo que te enseña a ser mejor persona y a trabajar en ti mismo.

Te darás cuenta de que los problemas de tu vida no son a largo plazo y que algo que te molesta ahora probablemente no te molestará dentro de un año o dos. Cuando te des cuenta de eso, ya no sudarás por las cosas pequeñas y será más fácil vivir tu vida con calidad.

Porque, para ser sinceros, no tienes otra opción. Puedes llorar o gritar, pero el dolor no desaparecerá. Los problemas no desaparecerán. Sólo serán más grandes porque no sabes cómo manejarlos.

Pero si los aceptas y esperas a ver qué te depara el futuro, entonces estás haciendo lo correcto.

Confía en mí porque sé lo que digo. Pasé por estas cosas y sé cómo me comporté en esas situaciones. Sé que me volvía loca ante cada pequeño problema que me ocurría y eso me afectaba bastante.

Ese proceso duró mucho tiempo y vi las consecuencias de que perdiera mi confianza. Ya no era feliz y pensaba en mis problemas todo el tiempo. No podía centrarme en nada más y me di cuenta de que no podía seguir viviendo así.

Entonces me rendí. Dejé de preocuparme. Y en el momento en que empecé a hacerlo, sentí que había nacido de nuevo. Me estaba liberando de la roca bajo la que había estado viviendo durante tanto tiempo. Y fue una gran sensación poder vivir de nuevo con los pulmones llenos.

Recuerdo que, al principio, la gente que me rodeaba me miraba con extrañeza, ya que me comportaba como si no tuviera problemas, aunque no supiera qué hacer con ellos. Vi que no podía hacer nada al respecto y empecé a ser indiferente. Y eso fue lo mejor que hice en mi vida.

Me convertí en una persona sin problemas porque acepté cada uno de ellos como una bendición y un mensaje. Siempre intentaba encontrar el significado oculto en ellos y eso me hizo una persona más inteligente y más fuerte. Me hizo a prueba de balas para cosas como la ansiedad en relación con mi vida empresarial y mi vida amorosa.

Tuve la paciencia suficiente para esperar a que los problemas se resolvieran y siempre escuché lo que el Cielo tenía que decir. Y en la mayoría de los casos, respondió positivamente a todas mis oraciones.