En primer lugar, quiero dejar clara una cosa: engañar es una elección, no un error. No puedes venir a tu pareja y decirle que te has equivocado la otra noche.
Como si te hubieras resbalado accidentalmente y te hubieras tropezado con una chica y, una vez allí, te hubieras acostado con ella. No.
Las cosas no funcionan así. Cuando engañas a tu pareja, lo haces conscientemente; nunca es algo que pueda llamarse un error.
Hay muchos errores que puedes corregir, pero una vez que traicionas a tu pareja de esta manera, no creo que vuestra relación pueda volver a ser la misma.
No tuve suerte en mis relaciones amorosas y todos mis novios me engañaron.
No sé por qué, porque no hice nada malo. Pero ese hecho no me impidió pensar que yo era la culpable.
Pensé que el problema estaba en mí todo el tiempo. Pero después de un tiempo, me di cuenta de que el problema estaba en ellos todo el tiempo.
Eran inseguros y lo hacían todo para sentirse mejor. Cada uno de ellos me engañó para sentirse mejor en su propia piel.
Y lo peor era que nadie se arrepentía de ello. Ni siquiera uno de ellos se acercó a mí y me dijo que lo sentía.
Y puedes imaginar cómo me sentí después de aquello. No podía creer que todos mis novios hicieran lo mismo y que yo no fuera capaz de construir una relación normal y sana.
Pensé que me quedaría soltera el resto de mi vida y que nunca encontraría lo que buscaba.
Yo era un desastre y quería que lo vieran. Quería mostrarles a cada uno de ellos en qué me había convertido después de que me rompieran.
Pero por mucho que llorara delante de ellos, por mucho que me desmoronara, yo les importaba un bledo.
Supongo que pensaron que era demasiado buena para ellos, así que me dieron por sentado.
Obviamente, yo no era la chica que podía hacerles cometer locuras sólo para verme feliz.
Yo era la que llevaba el corazón en la manga todo el tiempo, la honesta y sincera. Pero eso me costó mucho en cada una de mis relaciones sentimentales.
Pero cuando lo veo todo ahora, no quiero ninguna venganza. Ni siquiera deseo haber sido diferente con ellos y darles su merecido.
Soy una chica inteligente. Y las chicas inteligentes nunca se vengan: dejan que el karma haga su trabajo sucio.
Espero que todas mis lágrimas y mi sufrimiento no sean en vano. Espero que aparezca el adecuado y me demuestre por qué nunca funcionó con nadie antes de él.
Quiero estar con alguien que nunca me dé por sentado, que nunca me engañe y que siempre esté ahí.
Sé que un hombre así llegará a mi vida. También sé que no será cuando yo lo quiera, sino cuando el cielo lo quiera. Sólo tendré paciencia y dejaré que el destino haga su trabajo.
Sé que un día conoceré a un chico que me demostrará que todo está bien conmigo. Sé que me demostrará que soy lo suficientemente buena, digna, completa y hermosa.
Él estará ahí para recordarme lo especial que soy realmente. Él borrará todas mis inseguridades y besará el lugar donde otros me infligieron una profunda herida.
Él estará ahí para abrazarme y hacerme sentir mejor con un solo abrazo. Un hombre como él será especial. Será totalmente opuesto a todos los que me han engañado.
Me dirá que lo siente si comete un error. Estará orgulloso de todos mis éxitos. Cuidará de mí como si fuera la niña de sus ojos.
Me mostrará lo que es el verdadero amor y me explicará que no funcionó con nadie antes que él porque yo era demasiado buena para ellos.
Ese hombre será mi ángel de la guarda, mi mejor amigo, mi diario humano y mi amante al mismo tiempo. ¿Y sabes qué?
¡No puedo esperar a que llegue! No puedo esperar a derretirme en sus brazos, a escuchar su voz suave pero principalmente, y a encontrar descanso en su pecho.
Me muero de ganas de darle todo mi amor, mis sueños y mis esperanzas para que pueda hacer con ellos la más bella historia de amor.
¡No puedo esperar a que el que será todo lo que tanto anhelo sea mío y sólo mío!
María Eugenia, nuestra blogera experta en relaciones. Basándose en experiencias reales y comportamientos estudiados, aporta consejos para ayudar a los demás a aumentar el deseo en la pareja.