Si es el tipo de hombre que sólo se preocupa cuando tú no lo haces, déjalo

Cuando dejas de preocuparte, él empieza a preocuparse más. Cuando te alejas un poco, él intenta volver a atraerte. Cuando ignoras sus mensajes, te manda un triple mensaje.

Y cuando por fin cedes y le das la atención que tanto ansía, de repente se echa para atrás y se vuelve distante y desinteresado.

¿Te resulta familiar?

Este es un tipo que muchos de nosotros hemos tenido el disgusto de conocer en algún momento de nuestra vida. Un tipo que trata el amor como si fuera un juego de quién se preocupa más y quién puede ser más gilipollas.

Está claro que él gana, porque tú caes siempre en la trampa. (No es tu culpa, por cierto)

Cada vez que te da un atisbo de esperanza de que te tratará mejor y no sólo se preocupará cuando tema perderte, acabas decepcionada.

Cada vez que le das el beneficio de la duda y decides ir en contra de tu buen juicio, te demuestra lo inmaduro y egoísta que es.

Todo es un juego para él. Busca desesperadamente una atención que es incapaz de corresponder y todo para sentirse mejor consigo mismo.

Normalmente, aparecerá en tu vida en el peor momento imaginable.

Pensarás que por fin lo has superado y que se te ha ido de la cabeza y empezará a enviarte mensajes de texto sin venir a cuento.

Cuando por fin estés en un buen lugar y te vaya tan bien, volverá a aparecer para recordarte los sentimientos persistentes que aún tienes por él.

Tiene un superpoder por el que aparece de la nada cuando menos lo necesitas y perturba tu vida, tu mente y la paz interior que estabas empezando a recuperar.

Sabe que tienes una debilidad por él y que, por mucho que lo intentes, no podrás resistirte.

Cuando hace algo realmente malo, lo compensa con algún gran gesto que se supone que te hará olvidarlo.

Cuando perciba que por fin estás preparada para seguir adelante con tu vida (sin él en ella) empezará de repente a decirte todo lo que llevas tiempo queriendo oír.

Cuando le digas lo mucho que te ha hecho daño, te echará la culpa a ti, haciéndote parecer de alguna manera responsable de sus actos.

Este hombre siempre te dará migajas y te pedirá el mundo a cambio. Nunca será lo que necesitas y, sobre todo, no será lo que mereces.

Vales mucho más que pedazos de su afecto en los momentos en que le conviene.

Siempre te tenderá la mano, pero nunca podrá atraparte del todo.

Con él, siempre tendrás la mitad de todo. Lo justo para sentir que vas a alguna parte… pero ni de lejos lo suficiente para sentirte realmente realizada y contenta.

Cuando trates con este tipo, es importante que le demuestres que cuando dices que te vas, lo dices en serio. No te creerá y te pondrá a prueba, tenlo por seguro. No caigas en la trampa.

Él nunca será suficiente. Él no es lo que necesitas.

Cuando de repente te diga todas las cosas que quieres oír, asegúrate de que hay acciones que corroboren esas afirmaciones. No dejes que te engañe con su encantadora sonrisa de niño y esos ojos de cachorro.

Le conoces mejor que eso.

No permitas que un chico inseguro dicte tu vida. Sabes que no debes ceder a este juego de niños.

Un hombre de verdad te respeta a ti y a tu tiempo. Te dice que te quiere y lo demuestra. Dice lo que quieres oír y lo apoya con sus acciones. Te aprecia por lo que eres y nunca intenta cambiarte.

Eso es lo que hace un hombre de verdad. Todo lo demás, no te molestes en perder el tiempo.

Si tienes que preguntarte por el estado de tu relación, no hay relación; sólo un hombre que elige los días en que le apetece aprovecharse de tu amable amor.

Aprende a ver a través de esto y no lo consientas nunca más. Aplastará su ego y alimentará tu alma.