¿Sospechas que tu pareja puede estar ocultando un mal hábito, pero te da miedo abordarlo? Si estás pensando en pasar al siguiente nivel, querrás que tu vínculo sea lo más transparente posible. Pero a veces puede ser francamente difícil enfrentarse a tu pareja sobre un comportamiento que puede estar ocultando. Además, no enfrentarse a él puede significar que las cosas sólo empeoren.
Hay muchos «malos hábitos» proverbiales que buscamos cuando empezamos a enamorarnos de una persona importante.
Es posible que en algún momento hayas hecho una lista de cosas imprescindibles y otra de cosas que debes evitar al buscar un alma gemela. La lista de cada persona es diferente, pero muchos de los imprescindibles suelen ser similares. Por ejemplo, mucha gente considera que la pereza, la procrastinación y otros rasgos contraproducentes son desagradables.
Otros se sienten «agobiados» por asociarse con alguien que tiene poca motivación y baja autoestima o que nunca puede ver el lado bueno de las cosas. Otros toleran cualquier cosa menos el consumo de drogas ilícitas y el maltrato físico.
El problema es que cuando muchas de estas cosas empiezan a asomar la cabeza, ya es demasiado tarde. Puede que hayamos visto las banderas rojas antes, pero los pequeños trozos aquí y allá rara vez ofrecen la imagen completa.
La única forma de comprender plenamente los hábitos de una persona -buenos o malos- es preguntándole directamente por ellos. Incluso entonces, si la gente se enfrenta a lo malo, puede intentar restar importancia a los rasgos negativos, o puede que ni siquiera se dé cuenta de que hace esas cosas. Es un tema delicado.
La auto-manipulación es cuando decidimos no abordar a nuestras parejas sobre los defectos percibidos. Los investigadores sugieren que éste es el mayor arrepentimiento que tendremos en nuestras relaciones con el tiempo. Esto se debe a que la revelación inadvertida de secretos perjudiciales suele generar desconfianza e impide que la relación de pareja avance hacia un nivel significativo. A menudo, cuando los secretos se descubren finalmente, es de forma inesperada o de espaldas, y esto no es algo que un vínculo pueda soportar fácilmente.
Algunas personas son, por naturaleza, más directas que otras. Pero, cuando se trata de construir una asociación mutuamente beneficiosa y duradera, vale la pena salir de tu zona de confort.
La comunicación abierta, aunque sea difícil, es esencial, y cuanto más abiertas estén estas líneas de comunicación, más probable será que vuestro amor dure. No sólo estáis estableciendo que está bien hablar de las cosas difíciles, sino que os estáis mostrando mutuamente que la transparencia es importante. La transparencia genera confianza y es una parte integral de un vínculo sostenible.
Por supuesto, también puedes descubrir en el proceso que hay algo en la persona con la que estás que simplemente no va a funcionar. Si hay abuso de sustancias, infidelidad u otro comportamiento egoísta a puerta cerrada, no es una base sólida sobre la que construir. Puedes intentar superarlo, pero sé consciente de las señales de advertencia y de la posibilidad de que estas cosas sigan ocurriendo.
Si te enfrentas a tu pareja y descubres que está ocurriendo algo que no es aceptable, entonces depende de ti (y sólo de ti) decidir si te quedas o no. Puede ser muy difícil reconstruir la confianza perdida.
Recuerda que nadie es perfecto. No querrías que te exigieran ese estándar imposible, y tampoco deberías esperar que tu pareja lo fuera. Ambos sois humanos, y es probable que haya toda una serie de hábitos que tú y tu pareja podáis cambiar fácilmente si eso beneficia al vínculo.
No es raro que las personas modifiquen sus rutinas para adaptarse a los cambios de la vida, y desde luego no es raro que las parejas quieran cambiar por sus compañeros. Simplemente es importante entender qué es cambiable y qué no, y ser pacientes e indulgentes con el otro.
Abordar la situación desde este punto de vista y comprender que todo el mundo tiene defectos de carácter que pueden o no formar parte de tu sistema de valores es vital. Todo el mundo es diferente y todo el mundo ha «vivido la vida» al llegar a la edad adulta, así que seguro que viene con «algo de equipaje».
Al fin y al cabo, tanto tú como la persona con la que estás tenéis libre albedrío. Podéis elegir de qué temas hablar, cuáles dejar de lado, en cuáles merece la pena trabajar o si es mejor alejarse. Puedes dejar la relación en cualquier momento.
Se trata de encontrar esa mezcla perfecta de imperfección que te atrae y hace que todo valga la pena. Tenéis que ser lo suficientemente compatibles como para coincidir en las cosas importantes de la vida -vuestros valores fundacionales- y el resto está en juego. No olvides disfrutar del viaje.
Lo que ocurre en la cama es el fiel reflejo de nuestra vida externa a ella. La especialista Erica nos cuenta algunos trucos y consejos.