Cómo sobrevivir a la primera semana después de una ruptura (y seguir sanando)

Durante los tres primeros días, llora a mares

Ni siquiera intentes detener tus lágrimas, deja que fluyan en cascadas si es necesario. Necesitas dejar que el dolor se vaya, para poder dejarlo salir.

Se supone que debe doler y no puedes callarlo.

Llama al trabajo para decir que estás enferma y tómate tres días libres si puedes; no puedes estar rodeada de gente ahora mismo, necesitas este tiempo para procesar lo que acaba de pasar y recomponerte, al menos por fuera.

Llama a un amigo para que venga a tu casa, necesitarás que alguien esté allí. No hace falta que hables ni que intentes darle sentido a todo.

Las rupturas son complicadas y normalmente no tienen un sentido de cierre que realmente te vendría bien en este momento.

Mira películas, pide pizza, mezcla galletas con helado, haz lo que te apetezca pero no hagas nada.

NO le llames, ni le envíes mensajes de texto, ni intentes hablar con él. Sólo empeorará las cosas.

Al cuarto día…

Levántate, vístete, ve al trabajo, haz todo lo que debes hacer ese día.

Por muy baja que sea tu fuerza de voluntad, oblígate a moverte y a seguir con tus rutinas diarias.

Seguirás sintiéndote herido, seguirás sintiendo que tu mundo se desmorona y que nada tiene sentido.

Querrás arreglar las cosas, llamarle y verle y posiblemente querrás volver con él.

Pero resiste ese impulso. Ni siquiera te desplaces por sus cuentas de las redes sociales porque no te servirá de nada. No tener contacto es siempre la mejor solución.

Quinto día… supera la confusión

Los recuerdos felices se apoderarán de ti. No serás capaz de entender por qué tuvisteis que romper. Sentirás que has perdido algo valioso y seguirás queriendo recuperarlo.

En el momento siguiente, te dirás que estás mejor sola. Recordarás todas las veces que te ha defraudado y herido tus sentimientos.

Te sentirás confusa y tu mente correrá a cien millas por hora, de los buenos tiempos a los malos y viceversa.

Pensar demasiado sólo hará que te hundas más en tu dolor, pero a veces no se puede evitar. Tienes que pasar por la confusión.

Tu corazón tiene que aceptar lo que tu mente ya sabe… Los días buenos eran raros, los días malos eran comunes.

Llorabas más que reías. Te preocupabas más de lo que disfrutabas. Dabas más de lo que recibías.

Sexto día… abre los ojos

Es hora de parar con todas las ilusiones que te has estado alimentando durante los últimos días. Es hora de abrir los ojos y ver que la realidad no era tan bonita.

Hoy vas a necesitar a tu amigo.

Vas a necesitar a alguien a tu lado que te diga que la ruptura es, en realidad, lo mejor que te ha pasado, para que puedas comprenderlo por ti mismo.

En el fondo sabrás que es verdad. Sabrás que te mereces algo mejor.

El séptimo día…

No puedes curarte de una ruptura en el séptimo día, pero éste es el día en que tienes que empezar a juntar esos pedazos rotos de tu corazón.

Este es el día en el que tienes que darte cuenta de que ya han pasado siete días y que si has pasado por esto, puedes pasar por cualquier cosa.

Estos han sido los peores días y aunque tendrás crisis ocasionales y las cosas seguirán siendo duras para ti, poco a poco vas viendo la luz al final del túnel.

El comienzo de tu proceso de curación…

Aquí comienza tu viaje y, aunque no siempre va a ser cómodo, va a ser uno que valga la pena emprender.

Empieza por entablar una relación de compromiso contigo mismo. Todo ese amor que le has estado dando desinteresadamente, es hora de que te lo des a ti misma.

Descúbrete a ti misma, encuentra nuevas formas de amarte y de hacerte feliz. Es hora de que te pongas en primer lugar, para variar.

¿Cuándo fue la última vez que lo hiciste? Probablemente no lo recuerdes.

Mímate, hazte un spa en casa, decide que el lunes es el día perfecto para tener una noche de cine, date un capricho con una copa de vino, cómprate algo para ti y piensa en nuevas formas de disfrutar de tus días.

Trabaja en tu paz interior, para encontrar cosas que te calmen y te hagan sentir mejor, aunque sea por un momento.

Sé amable contigo misma y ten siempre presente que vas a pasar por esto y que eres mucho más fuerte de lo que te crees.

Será un proceso, no te curarás de la noche a la mañana, pero lo importante es que sigas adelante, pase lo que pase.