El hombre con el que te vas a casar no será perfecto, pero será perfecto para ti.
Él será el hombre que entrará en tu vida y te hará comprender que estabas perdiendo el tiempo con todos esos chicos antes que él.
Es el hombre que se sentirá automáticamente como en casa. Estará fuera en viajes de negocios, fines de semana de chicas o visitando a su familia en el campo, pero pensar en él es lo que realmente se sentirá como en casa.
A diferencia de todos esos chicos inmaduros que le precedieron, conocerá el significado del compromiso, y no tendrá miedo de demostrártelo.
El hombre con el que te vas a casar sabrá dejar a un lado toda esa basura machista.
Tontear, embolsarse a todas las chicas que pueda en una semana y presumir de ello ante sus amigos ya no le interesará.
Eso será cosa del pasado.
Sabrá que cuando llegue la mujer adecuada, sólo tendrá ojos para ella, y todo lo demás dejará de existir en su mente.
Sus prioridades estarán claras, y tú serás su chica número uno de por vida.
Te tratará con tanta amabilidad, compasión y abundancia de amor que te olvidarás fácilmente de todos tus desengaños pasados.
Sabrá cuidar de ti y de tu corazón, y nunca te sentirás más a gusto.
Será respetuoso con tu tiempo. Nunca dará por sentado lo que haces por él, y decir «por favor» y «gracias» no se le escapará.
Te apreciará como nadie antes, y te sentirás apreciada.
En tus días buenos, será tu animador número uno. Se reirá contigo, te apoyará y será el viento en tus velas.
Y en los malos, te cogerá de la mano con firmeza y se asegurará de que no te sientas sola.
Te mostrará el verdadero significado de la asociación, y por muy duro que sea, aguantará contigo. ¡Porque no hay lugar en el que prefiera estar!
Te conocerá, a ti entera. No habrá ninguna parte que quieras ocultarle porque sabrás que te querrá de cualquier manera.
Cuando acabes de salir de la cama, sin tu mejor aspecto, con el pelo desordenado y apenas puedas mantener los ojos abiertos, él verá a la mujer de sus sueños.
Cuando estés de un humor de mierda y todo el mundo se te eche encima, él sabrá darte un minuto para ti.
Entenderá que no todos los días van a ser de color de rosa, que no le vas a colmar de besos todos los días, y le parecerá bien.
El hombre con el que te vas a casar nunca va a dejar que tu amor se marchite. Lo alimentará, lo regará y se asegurará de que nunca te sientas abandonada.
Sabrá que el amor requiere trabajo, y no tendrá miedo de ensuciarse las manos.
Cuando lleguen tus días oscuros, él seguirá estando ahí. Nunca tendrás que cuestionar su lealtad.
Te hará ver que es de verdad, y que está ahí para quedarse.
Con este hombre, por fin tendrás tranquilidad. Por fin te sentirás cuidada, adorada y no dada por sentado.
Te sentirás como se supone que debe sentirse una mujer junto al hombre de sus sueños.
El hombre con el que te vas a casar se acordará de todas esas pequeñas cosas que te importan, pero a las que nunca esperarías que nadie prestara atención.
¿Adivina qué? ¡Lo hará!
Y esas pequeñas cosas serán lo más grande de todo.
Sabrá que la clave de tu corazón y de tu felicidad para toda la vida no es el dinero, los regalos y los grandes gestos.
Son todas esas pequeñas cosas cotidianas las que hacen girar tu mundo y te hacen verdaderamente feliz
Y una vez que encuentres a un hombre que se asegure de prestar atención a todos esos pequeños detalles en los que nadie se fijó antes… asegúrate de aferrarte a él. Porque éste será el hombre con el que un día te casarás.
Todos los días me enfrento a aquello que llaman «amor». Mi nombre es Vanesa y conectaré contigo a través de todos mis textos.