Ya sabes, cuando los corazones se rompen, nunca se igualan. De nosotros dos, creo que el mío se rompió más que el tuyo.
Para ser sincera, no estoy segura de si tu corazón se rompió del todo. Si te dolió sólo un segundo o si sólo por un segundo te detuviste y te preguntaste cómo estoy.
En realidad, estoy bastante seguro de que mientras a mí me costaba dormirme, tú dormías como un bebé. Saber que estás bien mientras yo me sentía como la mayor de las ruinas me hizo caer en pedazos aún más.
Y no ha habido una sola noche en la que no me haya preguntado qué fue lo que hice mal. ¿En qué fallé, cuál fue mi error que te hizo tan indiferente a mis sentimientos?
Me machaqué durante mucho tiempo. Me odiaba por no tenerte y aceptar el hecho de que ya no te tengo era tan doloroso como el propio desamor.
En algún momento, me odié a mí misma por perderte. Y seguía pensando que era culpa mía y que si me esforzara más, si hiciera algunas cosas de forma diferente, podríamos haber seguido juntos. Pero no hay nada más que pudiera haber hecho para que te quedaras.
Te di lo mejor de mí. Me esforcé más de lo que nunca lo he hecho y, aunque no fui perfecta, intenté serlo sólo por ti. Te acepté tal y como eres, con todas tus imperfecciones, pero tú nunca estuviste realmente dispuesto a hacer lo mismo por mí.
Fue entonces cuando me di cuenta de que en realidad hice todo lo que pude, pero ni siquiera eso fue suficiente para que te quedaras. Porque en realidad nunca debiste quedarte.
Durante mucho tiempo, seguí deprimida. Durante mucho tiempo, me atrapé en el pasado reproduciendo viejas películas en mi cabeza y tratando de entender todo lo que había pasado.
Me costaba salir de la cama y, cuando me obligaba a levantarme, me ponía delante del espejo y observaba al desconocido que me miraba. Y ver a un extraño en el espejo puede ser bastante feo, ¿sabes?
He oído a mucha gente con diferentes propósitos para este año. Pero yo sólo tengo uno: dejar de machacarme y aceptar por fin la verdad.
Creo que por fin estoy preparada para aceptar que no fue culpa mía. De todos modos, me trataste mal y luego te marchaste.
En lugar de abrazar mi vida una vez que la toxicidad me dejó, me quedé aferrada al dolor que me causaste.
Tienes la costumbre de hacerme sentir que todo es culpa mía y supongo que cuando te fuiste de mi vida, dejaste esa parte de ti para que quedara grabada para siempre en mi piel.
Y durante mucho tiempo, también siguió siendo parte de mí, pero ahora por fin estoy preparada para borrar todas tus marcas en mi piel.
Por fin soy capaz de comprender que nada de lo que hice pudo hacer que te quedaras. Pasé por la fase de duelo, pasé por la fase de ira y ahora por fin estoy en la fase de aceptación.
Y en esta fase, estoy aceptando que sólo eras otra persona tóxica en mi vida de la que no me di cuenta enseguida.
Que sólo eres alguien que entró en mi vida para darme una lección, romperme el corazón y alguien que estaba destinado a alejarse una vez que su trabajo estaba hecho.
Pero siento que el infierno por el que me has hecho pasar y el infierno por el que me he hecho pasar a mí misma me ha hecho sentir más fuerte.
Por fin me he puesto a tono conmigo misma para poder aceptar que no es que no fuera lo suficientemente buena.
Porque en la vida, si la persona te hace sentir que no eres lo suficientemente bueno, es la persona la que está mal y no algo contigo.
Me hacías sentir así constantemente. Me hacías sentir que nada de lo que hacía era suficiente o correcto. Y este año por fin estoy preparada para aceptar que eras tú quien no tenía razón.
Ya no me disculpo ni te deseo que vuelvas. Ya no me permito ser una víctima ni atenuar mi voz ni disculparme por las cosas de las que no fui culpable.
Y ya no permito que proyectes tus inseguridades en mí. Todo lo que quería era amarte y ser amado por ti. Pero lo único que conseguí fue que me rompieran.
Así que no tiene sentido desear volver a algo que fue malo para mí. Ojalá me hubiera dado cuenta antes, pero nunca es demasiado tarde.
Ya no tengo miedo de perder lo que no debía ser. Ya no tengo miedo de dejar ir a alguien que no fue bueno conmigo. Ya no me culpo por cosas de las que no soy culpable.
Este año por fin estoy preparada para aceptar que no fue mi culpa y seguir adelante. Por fin estoy preparada para atravesar este año sin la carga de la relación fallida.
María Eugenia, nuestra blogera experta en relaciones. Basándose en experiencias reales y comportamientos estudiados, aporta consejos para ayudar a los demás a aumentar el deseo en la pareja.