Me he cansado de prenderme fuego sólo para mantenerte caliente

Desde el momento en que te conocí, supe lo rota que estabas emocionalmente. Sabía que te habían hecho daño en el pasado y sabía que eso te había cambiado para siempre.

Nunca te gustó mucho hablar de ello. Sólo sabía que no habías tenido una infancia feliz y que tu familia funcionaba mal. Nunca tuviste a alguien que fuera verdaderamente tuyo, alguien que te comprendiera pasara lo que pasara y alguien que siempre estuviera ahí para ti. Todo lo que sabía es que nadie estaba allí para enseñarte lo que era el amor y eso te convirtió en la persona que eres hoy.

Sabía que tenías tus propios problemas que te molestaban y tus propios demonios con los que luchabas constantemente.

Pero siempre pensé que en lo más profundo de tu ser se escondía ese niño perdido y vulnerable. Que toda tu insensibilidad y tu comportamiento hacia mí era sólo una máscara, un mecanismo de defensa. Intenté justificarte pensando que probablemente suponías que estaba a punto de hacerte daño, igual que todo el mundo. En mi cabeza, ésa era la razón por la que nunca te abrías completamente a mí. Ésa era la razón por la que nunca me dejaste entrar del todo.

En mi cabeza, la fe me había puesto en tu camino para que pudiera ayudarte. Me enviaron para ayudarte a abrir tu corazón al amor, para enseñarte cómo debía ser el amor. Para mostrarte cómo era ser amado y cómo amar.

Pero tú seguías apartándome. Cada vez que me acercaba a ti, añadías otro ladrillo a ese muro alto y grueso que impedía el paso a todo el mundo, incluida yo. Te cerrabas aún más y me cerrabas por completo. Cuando lo pienso, toda nuestra relación se basaba en que tú intentabas cerrarme completamente y yo intentaba llegar a ti.

Sabes que hice todo lo que estaba en mi mano para ayudarte.Sabes que mi único propósito en la vida era hacer de ti un hombre mejor. Sabes que te di todo lo que tenía, pero no obtuve nada a cambio. Nunca te pedí nada, sólo quería que cooperaras. Sólo quería que apreciaras todos mis esfuerzos y que me apreciaras a mí.

Sólo quería que empezaras a quererte como yo te quería. Y yo quería que me quisieras a mí.Pero incluso eso era demasiado para ti.

Así que aquí estoy, admitiendo mi derrota. Aquí estoy aceptando que no había nada más que pudiera hacer por ti. Aquí estoy renunciando a ti. Aquí estoy terminando.

He terminado de asumir la culpa de las acciones de otra persona. Sé que has tenido una vida dura. Sé que nunca te han querido y cuidado. Pero nada de esto es culpa mía. Yo era diferente y tú lo sabes. Y no tengo que ser la única que lidie con las consecuencias de todo el dolor por el que has pasado. No tengo que ser la única que maneje el hombre en el que te has convertido.

Se acabó el ser la persona a la que llamas cada vez que algo va mal. Se acabó el ser la persona de la que te acuerdas sólo cuando tienes problemas. Siempre que la vida te trataba bien, no estabas en ningún sitio. Pero en cuanto todos los que te rodeaban te daban la espalda, yo era la primera persona a la que llamabas. Porque siempre supiste que yo era la única que nunca te dejaría colgada. Pero cuando te necesitaba, mis problemas eran tontos e irrelevantes. Nunca te interesaron mis problemas y preocupaciones y nunca pude contar con tu apoyo.

Se acabó el ser la que siempre comprende. Intenté con todas mis fuerzas justificarte. Intenté encontrar excusas para la forma en que me tratabas, para todas las peleas, todos los insultos y todas las veces que me hacías daño. Supuse que ése era el único patrón de comportamiento que te habían enseñado, así que me esforcé mucho en intentar mostrarte otras formas de comunicación. Soporté todo lo que me decías o me hacías, porque intenté encontrar las razones de todo ello. Pero incluso entonces, te negaste a abrirte a mí. Nunca te disculpaste por nada de lo que me hiciste y nunca asumiste la responsabilidad de ninguna de tus palabras o acciones. En cambio, siempre fui yo la culpable de todo lo malo en nuestra relación.

Me he cansado de esperar a que entraras en razón. He esperado a que cambies durante más que suficiente tiempo. Te he dado más que suficientes oportunidades. Pero ya es hora de que acepte que ninguna de las cosas que deseo sucederá nunca. Es hora de que acepte que nunca te darás cuenta de lo mucho que hice por ti y de lo mucho que te quise.

He terminado de dirigir tus batallas. Ya eres mayor y es hora de que dejes de depender de mí. Es hora de que empieces a librar tus propias batallas, sin que yo te lleve de la mano todo el tiempo. Siempre quisiste presentarte como ese chico duro que no necesitaba la ayuda de nadie en la vida, ¿verdad? Pues esta es tu oportunidad de hacerlo.

He terminado de destruirme para poder salvarte. Me he dado cuenta de que no quieres ser salvado. Disfrutas siendo la víctima de las circunstancias de la vida y no quieres ser feliz. Y no puedes salvar a alguien que no quiere ser salvado. Lo único que puedes hacer es dejarte arrastrar por tu oscuridad y eso es exactamente lo que me pasó a mí.

He terminado de elegirte a ti en lugar de a mí. Te he amado durante mucho tiempo. Y todavía te quiero. Pero tengo que aprender a amarme más a mí misma.

He terminado de esperar a que me ames. Porque ahora sé que hay personas que no son capaces de amar. Y por mucho que me mate admitirlo, tú eres una de esas personas.

Ya no me prendo fuego sólo para mantenerte caliente. Porque no he conseguido nada al hacerlo. Nada, excepto incendiarme junto a ti.