Cuando ama, lo hace con todo su corazón y su mente. Nunca se rinde tan fácilmente, por muy difícil que sea.
Tiene un corazón hecho de amor, perdón y comprensión que es incapaz de hacer daño a nadie.
Pero esto no significa que su gran corazón sea capaz de ser constantemente a prueba de balas e ignorante de las acciones hirientes de otras personas.
Esto no significa que no sea consciente de todos los maltratos y de que se le da por sentado.
Es consciente de todo eso y más. Y se ha cansado de ello. Realmente cansada.
Su gran corazón está cansado de dar a la gente oportunidades que no merecen.
Su gran corazón está cansado de ser paciente y esperar a que los demás cambien y empiecen a apreciar lo que tienen.
Está cansada de dar todo de sí misma a los corazones que no están dispuestos a corresponder.
Está cansada de creer que cambiarás y empezarás a tratarla como se merece, después de darte múltiples oportunidades de demostrarle que te importa.
Está cansada de las decepciones. Lo único que quería era alguien que estuviera dispuesto a estar a su lado.
Alguien que se preocupe de verdad como ella y que esté dispuesto a corresponderle.
Su gran corazón está cansado de que lo rompan una y otra vez, después de dar oportunidades a quienes lo dan por sentado.
No es de las que se rinden. Es de las que luchan hasta el último átomo de sus fuerzas.
Cree que todo el mundo merece una segunda oportunidad porque su gran corazón no conoce otra cosa. Pero se ha cansado de ello.
Se cansó de perder el tiempo con personas equivocadas que sólo le dan un amor tóxico.
Su gran corazón se cansó de que la rompieran en pedazos y de recogerlos una y otra vez después de que le prometieran que las cosas cambiarían.
Su gran corazón se cansó de decir la verdad y recibir mentiras y manipulación a cambio.
Cuando te dio una segunda oportunidad, lo único que tenías que hacer era demostrarle que lo sentías y que estabas dispuesto a cambiar.
Pero no lo hiciste.
No lo hiciste porque no la apreciabas lo suficiente.
No apreciaste las segundas oportunidades que te daba desinteresadamente. No apreciaste su tiempo.
Lo único que debías hacer era agradecer que te diera otra oportunidad para enmendar los errores y ganarte su confianza y respeto por ti.
Pero no lo hiciste. La dejaste esperando, sólo porque sabías que lo haría.
Pero siente decirte que se cansó de esperar y que ahora es el momento de que empiece a pensar en sí misma para variar.
Ella se merece algo mejor.
Su gran corazón está cansado de aceptar amores mediocres porque se merece el amor que lucha por ella, que la inspira y que se queda.
Su gran corazón ya no es capaz de librar todas esas batallas que libraba desinteresadamente porque se cansó de ello.
Su gran corazón se cansó de luchar por algo que nunca debió ser suyo.
Se ha jurado a sí misma y a su corazón que a partir de ahora sólo aceptará el amor que luche por ella en lugar del que la haga luchar por él.
Sólo aceptará el amor que la inspire y le haga ver la belleza de las promesas cumplidas, de las palabras demostradas con hechos y de la reciprocidad.
Sólo aceptará el amor que se quede porque se cansó de perseguirlo. Su gran corazón se cansó de bailar al son de otros.
Su gran corazón se cansó de ser siempre el que más le importaba.
Así que, esta vez, jura solemnemente que no volverá a hacer nada por quienes no lo merecen.
La única vez que abrirá de nuevo su corazón será para quien vea sus heridas y esté dispuesto a curarlas.
Para quien esté dispuesto a tratarla desinteresadamente, con respeto y admiración. Para el que se esforzará y no pondrá excusas.
Lo que ocurre en la cama es el fiel reflejo de nuestra vida externa a ella. La especialista Erica nos cuenta algunos trucos y consejos.