Todos hemos tenido esas «casi relaciones» que empiezan con un fuego ardiendo en el pecho pero que acaban quemándonos vivos. Yo he tenido demasiadas de estas relaciones en las que ni siquiera sabía dónde estaba. Empezamos con un flirteo que pronto se convirtió en citas para tomar café y enviar mensajes de texto, besándonos y esperando que se convirtiera en algo maravilloso, en algo real. En aquel momento, estaba convencida de que iba en serio. En mi cabeza, estaba por encima de mí porque me colmaba de cumplidos y pequeños actos de amabilidad. Cada vez que salíamos, recibía una pequeña flor suya que me hacía sonreír un poco más y reír más fuerte.
Pero en un momento dado, se fue.Simplemente desapareció de mi vida. Me quedé preguntando qué había pasado porque nunca me explicaron qué había pasado. Todo lo que pude hacer entonces fue recordar esa dulce sonrisa, esos ojos verdes y esa voz profunda. Me quedé sólo con el corazón roto y con lágrimas en los ojos.
Después de haberme hartado de la miseria que me hizo pasar por su marcha, decidí dejar marchar a ese hombre que, para empezar, nunca fue mío. ¿Pero cómo se hace eso?
Si estás pasando por esta misma experiencia, ten en cuenta que no es tu error. Eres una mujer maravillosa que necesita recuperar su confianza. Tienes que darte cuenta de que hiciste todo lo que pudiste para mantener la relación. Todo el esfuerzo y todo el maravilloso tiempo que dedicaste a hacer que él fuera feliz y estuviera más enamorado de ti, simplemente no funcionó. Es su pérdida, no la tuya.
Tómate todo el tiempo que necesites para estar mejor. Deja que esos recuerdos te duelan un poco más y deja que tus lágrimas fluyan. No hay nada malo en ello. Repasa todo lo que pasó en tu mente porque sólo así podrás darte cuenta de que nunca debió ser. Tómate tu tiempo para destrozarte porque eres lo suficientemente fuerte como para recomponerte.
Esta es la que más duele. Tú eres el único herido en este momento. Querías que se quedara en tu vida, pero lo único que hizo fue marcharse sin dejar rastro, excepto el de tu corazón. Se fue y simplemente no quiso ver tu maravillosa alma y tu tierno corazón. ¿Por qué querrías darle el placer de saber que le echas de menos? Después de haber llorado todas tus lágrimas, es hora de saltar y conquistar el mundo de nuevo. No dejes que sepa que te ha roto.
¿Habéis estado en contacto durante bastante tiempo, verdad? Os habéis enviado mensajes de texto por la mañana y justo antes de acostaros. A veces, incluso te llamaba para hablar contigo. Pero para sanar después de que te haya roto el corazón, es crucial que cortes cualquier tipo de comunicación que tengáis. Borra su número. Bloquéale en todas las redes sociales que haya. Ni siquiera le digas «hola» cuando te encuentres con él.
Párate un momento a pensarlo: te mereces algo mucho mejor que estar con alguien que no te quiere de corazón. Te mereces mucho más en la vida en general. No fuiste tú la que se desprendió de todo eso y, por alguna razón, ese chico simplemente decidió seguir adelante en la vida sin ti. Te mereces a alguien que sepa valorarte y apreciarte.
No te preocupes por ser mala. Si te manda un mensaje queriendo empezar a salir de nuevo, no estés disponible para él. ¿Qué piensa él: que puede volver en cualquier momento porque le estarás esperando? No. Esa no es una opción. Si te llama para salir juntos, ignóralo. Fue él quien terminó la comunicación la primera vez. Ahora sigue su ejemplo.
Recuerda que lo que tenías no era una relación real. No era algo serio, así que no es algo por lo que debas lamentarte para siempre. No puedes permitirte pensar que fue algo serio y real porque si lo haces, hay muchas posibilidades de que vuelvas a empezar.
Al final, como opción, puedes empezar a salir de nuevo. Pongo esto al final porque depende de ti si estás preparada para ello o no. Tendemos a salir al mundo de las citas cuando simplemente queremos vengarnos de alguien, pero eso no es una solución y lo sabes.
Tienes que ser amable contigo misma. Tienes que seguir tus propios instintos. Si no estás preparada para volver a salir con alguien, no pasa nada.
Tómate todo el tiempo que necesites para sanar, porque el Sr. Correcto te estará esperando pase lo que pase. ¿Y qué le hace diferente? Que nunca te dejará ir, pase lo que pase.
Todos los días me enfrento a aquello que llaman «amor». Mi nombre es Vanesa y conectaré contigo a través de todos mis textos.