«Me dijeron que no debía herir el corazón de quien me importaba. Pero cuando estaba tan ocupada cuidando ese corazón, no me di cuenta de que el mío estaba sangrando…» ~ Desconocido
Has cometido un gran error.
Has perdido lo más preciado del mundo. Y todo es culpa tuya.
La diste por sentada.
No prestabas atención a nada de lo que decía. La tenías cerca sólo para entretenerte: estabas aburrido y decidiste «divertirte» con ella. Querías a alguien que ocupara tus pensamientos. Nunca fuiste serio con ella.
Y el caso es que ella iba en serio contigo. Quería entregarte su corazón en bandeja de plata. El caso es que nunca te dio por sentado. Estaba ahí para ti siempre que la necesitabas.
Nunca estuviste ahí cuando ella te necesitó.
Le diste cero apoyo emocional. Lo que hace que tu «historia de amor» sea aún más triste es que sabías por lo que ella había pasado. Ella te contó la historia de su vida y cuando la escuchaste, lloraste a mares. ¿Por qué esas fuertes emociones desaparecieron de repente? No se habían ido, nunca existieron.
Le dijiste que la cuidarías, que la querrías. Pero, de alguna manera, tus palabras se desvanecieron a medida que crecía vuestra relación. Aunque sabías que ella había pasado por un infierno y que ahora era feliz (al menos eso creía ella) contigo, la traicionaste.
Cometiste los mismos errores que el anterior.
La descuidaste y antepusiste tus necesidades SIEMPRE a las suyas. Nunca te comprometiste. Tu palabra era la definitiva. Ella lloró tantas veces por tu culpa. Lloró muchas veces por el chico anterior a ti y lo dejó. Tú hiciste lo mismo: la llevaste a los brazos de otro hombre.
La hiciste amar a otro.
Es una mujer fuerte: nada puede derribarla. Todavía tiene la esperanza de dar ese salto esperanzador con alguien hacia un futuro feliz juntos. Nunca ha perdido la esperanza: siempre seguirá intentándolo. Es una luchadora.
Por eso no la rompiste. Ella es mucho más de lo que pensabas.
Hiciste que amara a otra persona porque le hiciste creer que no era importante.
Le hiciste pensar que ella era sólo una casualidad, algo en el camino, algo que te mantenía ocupado. Le hiciste creer que sólo es un pequeño espectáculo de polvo en el grande y vasto universo; al menos intentaste hacerle creer eso. Pero fracasaste.
Verás, es el tipo de persona que te aguantará y te dará muchas segundas oportunidades, pero sólo hasta cierto punto. Después, te tachará como si nunca hubieras existido y seguirá adelante.
Para ella, te convertirás en una sombra, alguien a quien solía conocer pero que ha olvidado. Y no se arrepiente. No te guarda ningún rencor. Comprende que eres como eres y que no depende de ella cambiarte. Sólo tú puedes hacerlo, pero eres demasiado débil para admitirlo. Nunca cambiarás.
La has perdido porque has ignorado su corazón y le has negado una oportunidad de ser feliz.
La has perdido porque ella no tiene miedo de tomar lo que quiere y necesita, y necesita a alguien con quien compartir todo el amor que tiene.
La has hecho amar a otra persona cada vez que le has fallado.
Lo que ocurre en la cama es el fiel reflejo de nuestra vida externa a ella. La especialista Erica nos cuenta algunos trucos y consejos.