Te mereces un amor que permanezca

La vida te jugó una mala pasada. La vida te hizo quedar como un tonto.

Recuerda todas esas noches de insomnio en las que te revolcabas en tu cama, cubierto de sudor frío e incapaz de asentar tu mente. Los pensamientos se desbocaban, haciéndote sentir inquieto.

Recuerda toda la miseria y el dolor que te causó al intentar ser algo que no era, alguien que te merecías.

¿Recuerdas todas aquellas noches en las que empapaste la almohada con tus lágrimas y gritaste con todas tus fuerzas en la soledad de tus cuatro paredes frías y apretadas? Éstas se hacían más y más pequeñas con cada grito que dabas.

Nadie oyó nunca tus gritos ni vio tu dolor. Sólo tú sabes por lo que has pasado. Por eso no debes rendirte ante la tentación de volver con él. Claro, ahora te parece que has cometido un error. No es un error.

Sólo estás recordando las cosas buenas que compartisteis. Has olvidado las cosas malas que pasaron. Y hubo muchas más cosas malas que buenas. Lo has olvidado.

Las cosas no mejorarán si no resistes y vuelves con él. Será igual, si no peor.

Quieres volver con él porque estás acostumbrada a tenerlo cerca. Si llevas una pequeña piedra en el bolsillo durante unos días y la pierdes, la echarás de menos porque te has acostumbrado a tenerla contigo.

No vuelvas con él porque te mereces mucho más de lo que es y más de lo que te da.

Te mereces que te ame incondicionalmente.

No te mereces que te trate con frialdad. No te mereces que un día esté encima de ti y al siguiente le dé igual.

Te mereces que te dé besos y abrazos de golpe. Te mereces que te coja de la mano y te bese allá donde estés. Te mereces que te enseñe al mundo.

Te mereces que te ame como debería haberlo hecho desde el principio.

No te mereces a alguien que finja que está ahí para ti y que te abandone cuando las cosas se pongan feas. No te mereces a alguien que no es digno de tu amor.

No te mereces que te dejen sola como a un perro callejero, tan triste y tan sola.

Te mereces a alguien que cure tus heridas y repare tu pobre corazón roto. Te mereces a alguien que te recuerde lo que es el verdadero amor.

No te mereces a alguien que te siga rompiendo el corazón. Alguien que te hace llorar. Alguien con quien malgastes tus lágrimas.

No te mereces a alguien que te haga dudar del amor. Alguien que te hizo dudar de su existencia. Alguien que te hizo dudar de la gente. Alguien que te hizo no confiar en nadie.

No te mereces a alguien que te hizo pasar de ser un ser humano cariñoso a una roca fría y sin emociones.

Tienes que saber y comprender que eres una criatura hermosa. Eres hermosa con tus defectos y todo. Hay alguien ahí fuera que verá esta belleza tuya y que hará el voto de amarte para siempre.

Eres un desastre, un hermoso desastre. Tu corazón está roto y tu mente se derrumba, pero aguantas. Eres capaz de sacarlo todo adelante. Eres capaz de enfrentarte a ello y vivir con ello. Y a pesar de todo eso, sigues siendo hermosa.

El amor que tuviste no fue correspondido. Sabes que el amor duele. Sólo tienes que seguir luchando y lo conseguirás. Tienes que aparentar que estás bien cuando todos sabemos que no lo estás. Pero fingir es lo que te hace seguir adelante. Fingir es lo que te hace más fácil.

Pero antes de hacer nada, tienes que aprender, o al menos recordarte, a quererte de nuevo. Nada es tan importante como eso. Tienes que respetarte a ti misma y aprender a estar sola. Porque, al fin y al cabo, no necesitas a nadie. Has nacido sola y morirás sola.

Dedícate tiempo a ti mismo. Haz cosas que llevas tiempo queriendo hacer. Di no a las necesidades de los demás. Es el momento de cuidar de ti.

Te mereces ser feliz.

Te mereces que te acaricien cada día.

Te mereces el amor incondicional de un hombre.

Te mereces no volver a sentir tanto dolor.

Te lo mereces todo.