La elegiste porque era exitosa, gregaria y empática por naturaleza. Ese mismo nivel de altruismo que mostraba hacia los demás era el mismo que tenía para ti. Sabías que era especial, sabías que era única, y sin embargo elegiste aprovecharte de su naturaleza nutritiva.
Tu percepción de su compasión y bondad como una especie de defecto o déficit de la personalidad te llevó a dejar pasar lo que podría haber sido el «verdadero negocio». En cambio, te conformaste con mucho menos.
Cuando estés en tu cama, solo, te perseguirán los innumerables actos de bondad que te han concedido. Esos actos de bondad «sin compromiso» resonarán en tu cerebro y perseguirán tu mente.
– Recordarás que ELLA era el tipo de chica que se entregaba sin cesar y que no esperaba nada a cambio.
– Recordarás que ELLA estaba ahí para ti cuando necesitabas un hombro sobre el que llorar.
– Recordarás que ELLA era la chica que te cuidaba cuando estabas enfermo.
– Recordarás que ELLA era la chica que te daba masajes nocturnos en la espalda porque sabía que los necesitabas.
– Recordarás que ELLA era tu animadora número uno, que te motivaba constantemente con su espíritu ardiente.
– Recordarás que incluso después de trabajar muchas horas y de cuidar a otros, ELLA siempre se aseguraba de que la cena estuviera lista para ti cuando entrabas por la puerta.
– Recordarás la vez que ELLA compró las flores del Día de la Madre para tu madre porque tú no podías molestarte.
– Recordarás aquellas dulces cartas que ELLA escondía en tu maleta cuando viajabas por negocios.
– Recordarás SUS palabras y discursos inspiradores que compartía contigo antes de tus entrevistas de trabajo.
– Recordarás cómo ELLA escuchaba cada una de tus palabras y cómo intentaba comprender tu comportamiento extravagante, sin juzgar nunca, sino con gracia y comprensión.
– Recordarás que ELLA sabía que su bondad era rara en este mundo de egoísmo: era desinteresada.
– Recordarás cómo ELLA te decía lo guapo que eras y tú le respondías diciéndole que llevaba demasiado maquillaje.
– Recordarás las muchas noches que ELLA pasó llorando en el suelo del baño de frustración por ti. Frustración porque no podías entender lo que significaba ser amable.
– Recordarás que ELLA sabía que para que las relaciones funcionaran, la amabilidad, un simple acto de humanidad, debía practicarse a diario.
– Recordarás que ELLA era amable porque te quería.
– Recordarás cómo te aprovechaste de su amabilidad y la trataste como tu felpudo.
– Recordarás que ELLA te animó a mostrar bondad a los demás.
– Recordarás su cara cuando te dijo que te quería y tú no le dijiste nada a cambio.
– Recordarás los poderes curativos que provienen de la bondad.
– Recordarás que después de un largo día de trabajo te alegró ver su cara y escuchar esas palabras de ánimo.
– Recordarás que ELLA nunca fue irrespetuosa al responder a tu negatividad.
– Recordarás que estás muy equivocado por ver su amabilidad como una debilidad.
Sucederá cuando te la cruces por la calle y te sonría. Recordarás que no eres más que un lamentable desperdicio de espacio por encontrar placer en menospreciar a una persona genuina como ella. Verás que no eres más que una lamentable excusa de ser humano. Ella, en cambio, será más comprensiva y te verá como alguien que aún tiene potencial para la bondad.
Recordarás que nunca encontrarás otra como ella. ELLA es una raza rara en este mundo egoísta en el que vivimos hoy. Las personas como ella exhiben fuerza, gracia y compasión. Las personas como ella se merecen lo MEJOR en una sociedad igualitaria. Las personas como tú que ven su bondad y compasión como debilidades no tienen ningún derecho a formar parte de su vida.
«La bondad es un lenguaje que los sordos pueden oír y los ciegos ver» – Mark Twain.
Lo que ocurre en la cama es el fiel reflejo de nuestra vida externa a ella. La especialista Erica nos cuenta algunos trucos y consejos.