Apesta completamente cuando sigues eligiendo a alguien que nunca te había elegido. Apesta cuando crees que esto es todo y resulta que no lo es. Esto me sigue pasando. Sigo interpretando mal a la gente y sigo dándoles papeles en mi vida que no pueden o no quieren desempeñar.
No dejaba de culparla por haberte alejado de mí. Lo feo es que nunca fuiste realmente mía, ¿verdad? Sólo te tomé prestada de alguien por un tiempo. Nunca ibas a ser mía para siempre.
La respuesta es nada. Ella sólo era una persona nueva en tu vida y esa es la única diferencia. No era mejor ni más guapa. No era más inteligente ni más divertida. No había nada que ella hiciera mejor que yo y, sin embargo, era mi sustituta.
No es sólo una frase o una cosa de chicas: es algo humano, de hecho. El rechazo duele. Saber que otra persona tiene lo que era mío duele. Saber que ella consigue hacer las cosas que yo quería hacer contigo, saber que consigue visitar contigo los lugares que yo quería, me hizo sentir muy celosa.
Sé que ella no es tu última opción. Sé que habrá otra chica después de ella y otra y otra. No hay nada de malo en las chicas que eliges -eres un buen vendido-, pero todo está mal en ti.
Sigues sustituyendo a las chicas como si fueran calcetines gastados y cada una de nosotras piensa que es diferente y que esta vez te vas a conformar. Pero no lo harás. Porque no eres de ese tipo. Te dedicas a todo hasta que consigues una chica y una vez que la consigues, te quedas sin nada.
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Deseaba sinceramente para ella un corazón menos roto que el mío. Esperaba que no abusaras emocionalmente de ella y que no quedara dañada emocionalmente después de ti. Esperaba que ella viera tu intención mejor que yo. Deseaba sinceramente que la salvara alguien y como que esperaba que ella hiciera contigo lo que tú estás haciendo con todas tus chicas.
Se me rompió el corazón, pero me sentí aliviada de que te hubieras ido. Sabía que ya no existíamos tú y yo y que no podíamos volver a estar juntos. Me di cuenta de que todo este trauma podría haberse evitado fácilmente con un solo paso: alejarse.
Me habría quedado para siempre en esta relación miserable en la que me arrastraba constantemente. Me quedaría con alguien que nunca hubiera apreciado mis esfuerzos y que nunca me hubiera amado como yo lo merecía. Si no te hubieras alejado, nunca habría sabido lo que es una relación tóxica y lo bien que sienta liberarse de ella.
Si no la hubieras elegido, seguiríamos juntos y yo seguiría pasando por el infierno que sólo tú te atreviste a hacerme pasar. Por eso elegirla fue lo mejor que has hecho por mí.
Ciao, adios, he terminado.
Todos los días me enfrento a aquello que llaman «amor». Mi nombre es Vanesa y conectaré contigo a través de todos mis textos.