Se dio cuenta de que, a veces, las personas toman caminos distintos, las relaciones se deshacen y que, hagas lo que hagas y te esfuerces lo que hagas, la cruda verdad es que a veces no estaba destinado a ser. Lo que nunca imaginó es que el final pudiera llegar tan repentinamente, sin ningún indicio de que fuera a suceder. Y lo más triste de todo es que llegó cuando más te necesitaba.
Confiaba en que estarías a su lado, como lo estuvo tantas veces para ti, pero no estabas en ninguna parte. Habías olvidado o nunca supiste lo que era el amor. Deja que te diga, para que se entienda, que el amor es para bien o para mal. No se abandona a alguien cuando está pasando por una mala racha.
¿Imagina cómo te sentirías si te dejara cuando estás pasando una mala racha? Y tuvieras más de una. Ella estuvo a tu lado, incluso cuando hizo falta toda la positividad que llevaba dentro para ayudarte a sentirte mejor. Eras importante para ella y nunca quiso que te sintieras sola en todo esto. Siempre se aseguró de que supieras que te cubría la espalda.
¿Y cómo se lo pagaste? Abandonando cuando más te necesitaba, cuando necesitaba que fueras su roca. ¿Puedes decir sinceramente que, cuando te miras al espejo, ves a un hombre decente, a un ser humano decente?
Se dio cuenta de que a veces la gente se aleja y las relaciones se desmoronan, pero lo que no pudo aceptar es que unas noches antes de eso, juraste que la amabas, juraste que estarías ahí para ella pasara lo que pasara, dijiste que era tu única y exclusiva para el resto de vuestras vidas. Ella te creyó. Por eso ahora se pregunta: «¿Adónde fueron a parar todas esas promesas? ¿Adónde se fue todo ese amor? ¿Quién eres y dónde está el hombre al que solía llamar mío?».
Ella era la que más te necesitaba entonces. No necesitaba que resolvieras nada ni que libraras sus batallas; sólo necesitaba tu presencia. Necesitaba saber que no estaba sola en este mundo, que tenía a su mayor apoyo allí mismo para poder apoyarse en él y descansar un rato. Para tener a alguien que la hiciera sonreír cuando su dura vida la hacía llorar.
¿Y qué hiciste en su lugar? Añadiste más lágrimas a su hermoso rostro. Y durante mucho, mucho tiempo, desde el momento en que dejaste de estar allí hasta el momento en que volvió a valerse por sí misma, lloró hasta quedarse dormida.
¿Sus lágrimas te persiguen por la noche?
Después de todo eso, sigue sin desearte ningún mal. Dice que está agradecida de que te hayas ido cuando lo hiciste. Le enseñaste que es más fuerte de lo que nunca imaginó que podría ser. Dice que le costó un tiempo, pero que finalmente se dio cuenta de que nunca fuiste el hombre adecuado para ella.
En definitiva, está agradecida por tus acciones, o más bien por tu falta de acciones, porque le hizo abrir los ojos y verte como realmente eras. Ya casi no piensa en ti. Tiene su propia vida que vivir y sus propios sueños que perseguir.
¿Sabes que vuelve a tener esa sonrisa perfecta en la cara? Y todo es gracias a ella. Se levantó cuando nadie creía que pudiera hacerlo. Sobrevivió a todo por sí misma. Se convirtió en su propia heroína. Reconstruyó su vida y se reinventó a sí misma. Es increíble. Es alguien que lamentará haber perdido toda su vida.
María Eugenia, nuestra blogera experta en relaciones. Basándose en experiencias reales y comportamientos estudiados, aporta consejos para ayudar a los demás a aumentar el deseo en la pareja.