Quiero que te imagines a una chica rota sentada sola en su habitación, a altas horas de la noche. Imagina que las lágrimas caen por su cara, mezcladas con su rímel.Imagina que su cuerpo se acalambra cada vez que intenta calmar sus sollozos.
Ahora imagina mi cara, porque esa chica era yo. ¿Te gusta lo que ves? ¿Estás contenta ahora que me has arruinado? Si querías destruirme totalmente, puedes estar orgulloso de ti mismo porque lo has conseguido.
Me has chupado. Me dejaste seco. Me golpeaste hasta la muerte emocional. Y luego pasaste a otra víctima.
Contigo, siempre sentí que no era lo suficientemente buena. Y aunque sabía que nunca sería verdaderamente feliz contigo, me conformaba con las migajas de tu mesa. Eras la persona que podía hacerme sentir en lo alto en un segundo y la que podía hacerme caer al suelo en el siguiente.
Eras la persona con la que era más feliz y la que más me hacía llorar. Pero en algún momento del camino, aprendí a vivir así. Pensé que sólo necesitabas algo de tiempo para darte cuenta de que yo era lo suficientemente buena para ti.
Fui paciente, esperando que llegara ese momento, pero nunca llegó.Entonces me di cuenta de que no era yo la que no era lo suficientemente buena para ti, sino que tú no eras lo suficientemente buena para mí.
Es cierto que sufrí durante mucho tiempo, intentando recuperarme, pero al final dio sus frutos. Ya no pienso que no soy digna porque sé que lo soy. No escucho tus historias tóxicas sobre tu amor eterno por mí porque sé que nunca me has amado.
Sólo me culpo por haberte dado tanto poder sobre mí para que me destruyeras. Te di toda mi confianza, pensando que no te aprovecharías de ella. Pero lo hiciste. Y eso me rompió el corazón. ¿Pero sabes qué? Aunque esté un poco rota, seré la mujer perfecta de alguien. Me lo digo a mí misma todos los días.
Quizá no sabría lo fuerte que soy si no me hubieras roto. Quizá nunca me habría admitido a mí misma que soy digna y que soy más que suficiente. Tal vez nunca hubiera buscado a alguien que fuera mejor que tú. Pero me alegro de haberlo hecho.
Así que, por mucho que lo desees, no te atrevas a pedirme que vuelva a tu vida. Cuando lo desees, sólo recuerda todas las cosas malas que me hiciste. Imagina cuántas noches de insomnio pasé enumerando todos tus textos de amor, en los que me prometías el amor sobre el que la gente escribe libros.
Imagínate que no comiera porque mi estómago era como un agujero vacío que no dejaba entrar la comida por todo el estrés y la ansiedad acumulados que me causabas.
Piensa en la cantidad de veces que me ponía delante del espejo odiando mi cara y mi cuerpo porque no te gustaban, deseando yo ser más guapa y atractiva porque entonces te habrías quedado conmigo.
Piensa en cuántas crisis silenciosas tuve, sola, y metiendo la cabeza bajo la almohada para que nadie me oyera. Piensa en todas esas cosas por las que pasa una mujer con el corazón roto. Y cuando pienses en todas ellas, vuelve a pensar si realmente quieres volver conmigo.
Si la más mínima parte de tu corazón tiene algo de compasión, te alejarás y dejarás que sea feliz con otra persona. Admitirás que tuviste tu oportunidad y que la desperdiciaste.
¿Y yo?
Seré bueno. Recogeré todos esos pedazos de mi corazón destrozado y me recompondré. Sé que me llevará algún tiempo, pero esa es la única forma de curar un corazón roto. Y cuando me recupere completamente de ti, estaré lista para volver a amar a alguien.
Sé que el próximo hombre de mi vida verá todas esas cosas buenas que tú nunca pudiste ver. Sé que me dará el amor con el que he soñado toda mi vida. Y sé que me preguntará cómo he podido pensar que no soy lo suficientemente buena.
Un día, alguien le agradecerá que me haya dejado ir.
María Eugenia, nuestra blogera experta en relaciones. Basándose en experiencias reales y comportamientos estudiados, aporta consejos para ayudar a los demás a aumentar el deseo en la pareja.