Muchos de nosotros recurrimos a cultivar espinas después de ser heridos. Parece la conclusión más fácil después de haber experimentado tantas veces esas cosas. Nos gusta hacerlo no por frustración y rabia, sino porque hay pensamientos mucho más profundos que perduran. Tenemos miedo de que la siguiente persona nos deje tan fácilmente como lo hizo la última. Esto no se debe a que haya habido problemas con nosotros. Hay mucho más en la historia.
Nunca lo viste venir. Una persona tóxica te dejará con la sensación de que todo el agua de tu vaso está vacía. No tienes más que aportar. No hay más que dar. Una persona tóxica te dejará mucho peor que como te encontró.
Por la forma en que proyectaron todos sus problemas hacia ti, eras un blanco abierto para ellos. Sabían que siempre caerías en la trampa. Eso era porque nunca pensaste que alguien que debía colmarte con el amor que deseabas te haría esto. Todo parecía ser culpa tuya. Cuanto más intentabas colmarles de emoción, ellos la rechazaban. Eso no era culpa tuya. Seguías enfrentándote a los mismos obstáculos día tras día. Tenías la sensación de que pronto llegaríais a un nuevo camino. Un nuevo camino que salvaría vuestra relación.
La verdad de todo esto es que estas relaciones te dejarán emocional y físicamente agotada. Muy pronto, no queda nada que dar.
Esta relación no estaba destinada a ser salvada. Te mereces mucho más que sentir que todos los gestos de consideración que has regalado no han sido suficientes. Te mereces tener a alguien que te quiera por ti. Alguien que te dé el mismo amor que tú le has dado. Después de tantas veces de ser defraudado, empiezas a preguntarte si alguna vez encontrarás el amor que has estado dando a todos los demás.
Lo harás.
Esto se debe a que sabrás de antemano lo que debes buscar. Alguien que no tenga que destrozarte para encontrar la alegría en sí mismo. Alguien que prefiera llenarte, en lugar de dejarte vacía. Alguien que no tenga que proyectar su ira en ti. Porque esa persona está destinada a recomponerte.
Una relación tóxica te enseñará mucho sobre ti mismo y sobre los demás. Cuánto estás dispuesto a soportar. Hasta dónde llegan los demás para ver cómo te desmoronas. Recuerda que los bloques de construcción siempre se pueden reconstruir. No dejes que una persona tóxica destruya tu forma de amar. Pronto encontrarás a la persona que esté dispuesta a reconstruirte con paciencia. Deja que tu conocimiento te lleve directamente a los brazos de esa persona.
Te prometo que volverás a amar.
byIsabella Piper
Soy Paula y escribo las cosas como son. Fiel defensora de los derechos de las mujeres, me leerás hablando de todo un poco.