Una carta abierta a mis «queridos demonios»

Hola, demonios,

Hola, Ansiedad,

Hola, Maestro Tóxico,

Hola, la semilla del desorden,

Hola, a todos vosotros, Mis compañeros de viaje en la vida.

Te he atrapado. No tienes dónde ir. Eres débil y estás rota. Igual que yo cuando estaba bajo tu control. Pero ahora, la rueda de la fortuna ha girado hacia el otro lado.

¿Te duele? ¿Te sientes impotente?

Sé que lo era hasta que te demolí en espectáculos de polvo sin sentido.

Te he encerrado en los rincones más profundos de mi mente y de mi alma. He cogido la llave. Ahora soy tu amo. Bailarás al ritmo de la música que toco.

Una vez, fuisteis yo. Una vez, erais vosotros los que teníais todas las cartas. Controlabais mi vida. Os desbocabais.

Os divertíais como nunca mientras yo estaba agazapada en el rincón oscuro de la celda en la que me metisteis, derrotada y sola.

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La angustia… me tenía prisionera cada vez que intentaba salir. Cada vez que intentaba salir y hablar con la gente, me tirabas del pelo, haciéndome gritar de dolor porque intentaba luchar contra ti.

Pero perdí.

Maestro tóxico… me tenías como tu prisionero cada vez que la ansiedad me encerraba.Eras tú quien me alimentaba con pensamientos suicidas… con pensamientos de hacerme daño. Tú eras quien me decía que no podía lograrlo. Eras el susurro maligno en mi oído que me decía que no era lo suficientemente bueno.

La semilla del desorden… me mantuviste prisionera cuando mi amo tóxico te plantó en lo más profundo de mi ser. Te alimentó y te regó para que crecieras. Fuiste tú quien no me permitió aclarar mis pensamientos, para diferenciar el bien del mal. No me dejaste ver la luz. No me enviaste más que tormentas y lluvia para mantenerme oculto-escondido en la «caja fuerte».

Mis queridos demonios… Te hablo desde la superficie donde hace sol y es hermoso. Te hablo desde el lugar donde es mi momento de correr en libertad. Te hablo porque quiero que sepas que soy feliz. Soy feliz porque soy libre.

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Sois demonios, pero sois MIS demonios.

Sois mis constantes recordatorios de que tengo que luchar para sobrevivir.

Y mírame ahora… estoy luchando.

Deberías saberlo porque es tu momento de estar atrapado.

Es mejor conquistarse a uno mismo que ganar mil batallas. Entonces la victoria es tuya. No te la pueden quitar ni los ángeles ni los demonios, ni el cielo ni el infierno. ~ Buda Gautama