5 Señales sencillas de que Dios te creó como un todo (no necesitas la otra mitad)

La gente dice que Dios creó un alma y la dividió en dos mitades, por lo que la gente se pasa la vida buscando esa «otra» mitad de sí misma.

Pero yo ya no me creo esa mierda. Hay otro lado en esta historia. Yo la conozco.

Algunas personas fueron creadas como un todo. Personas autosuficientes. Personas que no se pasan la vida esperando encontrar a su alma gemela.

¿Y si no existe el alma gemela?

¿Y tú? ¿Te creó Dios como un todo, perfecto tal y como eres, o sientes que te falta algo? ¡Echa un vistazo para descubrirlo!

No necesitas la aprobación de nadie

No necesitas la aprobación de nadie. Especialmente de la gente de internet.Disfruta de tu vida al máximo,pero no tienes que contar a los demás todo lo que has hecho y cada+ lugar donde has estado.

Tu vida no tiene que ver con los gustos: el sentido de tu vida no se encuentra en las opiniones de los demás, sino en la forma en que las cosas que haces te hacen sentir.

No te registras cada pocas horas. No publicas fotos diarias para asegurarte de que la gente sabe que estás bien porque no tienes tiempo para eso.

Estás demasiado ocupado disfrutando de tu vida.

Y si decides publicar una foto, es porque quieres guardar recuerdos, no para conseguir la aprobación de los demás.

No tienes problema en viajar solo

Seguro que siempre te apetece tener buena compañía, pero no tienes ningún problema en hacer las maletas y navegar solo hacia mar abierto debido a tu espíritu inquieto.

Eres perfectamente consciente de que hay más gente como tú en este mundo y que te encontrarás con muchos más en el camino y verás muchos lugares increíbles, y no quieres perderte nada de eso porque no hay nadie tan espontáneo como tú.

No encierras tu espíritu y no buscas excusas. Eres una de esas personas que siempre encuentran la manera de hacer que las cosas les funcionen, y por eso eres perfectamente completa.

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Te parece bien estar soltero

Te gustan las citas, pero, a diferencia de muchos, la vida de soltero no te asusta. No huyes de las relaciones, ni de los ligues, ni de ninguna de esas relaciones amorosas, sino que te encuentras perfectamente por tu cuenta.

No sientes que te falte nada cuando no estás en una relación, y no dejas que los demás te creen ningún tipo de inseguridad.

No necesitas estar casado a los treinta años, ni tener un montón de hijos a los 35. Da a las cosas en tu vida el tiempo suficiente, y muchos matarían por tener tu paciencia y confianza.

Te sientes cómodo con el silencio

No tienes que hablar para estar cómodo con la gente. Incluso si estás sentado con completos desconocidos o con personas que conoces de toda la vida, prefieres callar antes que perder el tiempo en conversaciones triviales.

Valoras el silencio, y no te cuesta nada sentarte en una cafetería a mirar a los desconocidos que pasan por allí en lugar de mirar tu teléfono.

No esperas a los demás para actuar

Siempre eres el primero en tirarte a la piscina en mitad de la noche, eres el que pide chupitos de tequila y eres el primero en organizar cualquier tipo de reunión con tus amigos.

No esperas a que otros se diviertan en tu vida: la diversión viene contigo. Eres un espíritu inquieto y la gente te sigue a todas partes.

No te permites depender de nadie, y decides estar a cargo de tu propia felicidad. Si llega alguien y resulta que es capaz de estar a tu altura, es genial.

Pero si no, no pones tu vida en pausa. La vives al máximo sin esperar a nadie.

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