La verdadera amistad, como el verdadero amor, es difícil de encontrar. Muchos cambiamos de amigos a lo largo de nuestra vida (algunos los cambian como los calcetines), pero siempre hay esa persona que está ahí para ti en todas las etapas del crecimiento. Si reconoces algunas de las siguientes señales en tu relación con alguien, puedes estar seguro de que es «La Única». Por lo tanto, mantén y alimenta ese vínculo porque una amiga verdadera y leal es alguien que hace que tu vida sea hermosa de una manera especial.
Incluso si te equivocas, ella estará ahí para ti. Es la persona que será honesta contigo cuando más necesites una respuesta directa. Incluso si alucinas y no quieres admitir que has hecho algo mal, tu mejor amiga te dirá la cruda verdad, porque se preocupa por ti. La sinceridad es lo más importante en vuestra relación, tanto en el amor como en la amistad. Si eres brutalmente honesta con tu amiga, eso significa que has conseguido una amiga para toda la vida.
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No tienes ningún problema en hablar de cualquier cosa, incluso de las cosas «asquerosas». Puede que a alguien le parezca que la indigestión es un asunto delicado, pero no a vosotros dos. Hablaréis con detalle de todo lo que ocurre en vuestro sistema digestivo y no tendréis ningún problema. Así es como confías en tu amigo. No sientes ninguna vergüenza de hablar literalmente de cualquier cosa.
Es cierto que las personas que pasan mucho tiempo juntas empiezan a parecerse. La gente dice que esto también es cierto en una relación perro-humano y sabes que no hay mejor amigo para un humano que un perro. Aunque no os parezcáis, la gente asumirá que estáis emparentados porque ve lo unidos que estáis y lo conectados que estáis.
Una amiga verdadera y cariñosa asume el papel de tus padres al cuidar de ti en determinadas situaciones. Está ahí para asegurarse de que el chico con el que sales no te hace daño de ninguna manera. Te dará consejos y créeme, reconocerás que se preocupa de verdad por ti.Bromeará con tu cita y le dirá sutilmente: «En serio, si la haces daño, tendrás que responder ante mí». Y entonces esboza una bonita sonrisa, pero sus ojos son mortalmente serios.
No te juzgará si estás viendo telenovelas o algún tonto reality show. Por el contrario, se sentará tranquila y pacientemente, escuchando tu relato de lo que ha pasado en tu telenovela favorita o de lo que las Kardashian se han peleado y obsesionado esta vez. Aunque no tenga el más mínimo interés en este tipo de cosas, te escuchará y te hablará de ello: eso es lo mucho que te quiere. No la dejes ir nunca.
Ella ha estado a tu lado cuando tu mundo se desmoronaba. Ha visto tu rostro cubierto de lágrimas. Sabes que puedes llorar a mares delante de ella; no tienes que esconderte porque sabes que está ahí para ti. Confías tanto en ella que no tienes ningún problema en llorar como un bebé delante de ella. Ella está ahí para hacerte sentir mejor: es tu roca.
Si ves algo, sabrás al instante si le va a gustar o no. Sabes cómo le gusta vestir y cuál es su color favorito. Si estás de compras y ves algo que sabes que le gusta, se lo comprarás, sólo porque la quieres y quieres sorprenderla.
Que os divirtáis juntos no significa que tengáis que salir a perseguir chicos. A veces, basta con quedarse en casa con una película y un bol de palomitas.
Hablaréis de vuestros novios. Incluso si tienes algunos problemas de intimidad, como los relativos al dormitorio, los compartirás con ella. Una verdadera amiga no disfrutará con tu sufrimiento. Te escuchará y enfatizará contigo y, por supuesto, te dará consejos.
Si hace tiempo que no os veis, lo retomaréis justo donde lo dejasteis, como si no hubiera pasado nada. Cuando os volváis a encontrar, no tendréis la sensación de que ha pasado mucho tiempo. Tendrás la sensación de haberla visto ayer.
Como lleváis años saliendo juntos, habéis desarrollado gustos similares, si no iguales, en todo. A veces, acabáis hablando de vuestro programa de televisión favorito y de sus personajes. Incluso puede que salgáis a dar vida a vuestro personaje favorito, sólo por diversión.
Las personas que pasan mucho tiempo juntas, empiezan a hablar de la misma manera: empiezan a utilizar las mismas frases. A veces, tenéis la sensación de ser lectores de la mente porque decís lo mismo al mismo tiempo. Os conocéis tan bien que termináis las frases del otro.
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Lo que ocurre en la cama es el fiel reflejo de nuestra vida externa a ella. La especialista Erica nos cuenta algunos trucos y consejos.